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Cine y series #Ficción argentina

El desafío de teñir la pantalla de verde

El aborto fue tabú por mucho tiempo en la ficción nacional, y en los últimos años comenzó a tomar protagonismo en las historias. Las guionistas de “La Leona” y “100 días para enamorarse” nos cuentan la importancia de abordar el tema en la televisión.

El desafío de teñir la pantalla de verde

En las calles, los pañuelos verdes en mochilas, balcones y barbijos. En las redes, los hashtags #QueSeaLey o #AbortoLegal2020. En los chats, la alegría entre compañeras de que una vez más el proyecto llegue al Congreso en un nuevo debate. En las familias, en las escuelas: el poder de decidir sobre nuestros propios cuerpos se ubica en el centro de la escena. ¿Y en la televisión? ¿Qué pasa en el mundo de la ficción?

Seguro alguna serie se te viene a la cabeza: “Sex Education”, “Please Like Me”, “Seinfeld”, “Grey's Anatomy”, “The Handmaid's Tale”, “Glow”, “Bojack Horseman”, y podríamos seguir. Según indicó Ansirh -Advancing New Standards in Reproductive Health-, un estudio de la Universidad de California en San Francisco, durante la última década creció considerablemente la presencia del tema en la industria cinematográfica. De hecho, en el informe de 2019 identificaron 43 escenas en las series de televisión, “más de lo que se observó jamás en un solo año”. 

En Argentina, en los últimos años la palabra ‘aborto’ empezó a aparecer en los noticieros, en los reality shows, en programas de espectáculo, novelas. “Es la primera causa de muerte de mujeres gestantes. Mientras nosotros debatimos se está muriendo una", decía Virginia “Bimbo” Godoy en “Intrusos” con su pañuelo verde como bandera. Actrices argentinas se unieron para apoyar a Thelma Fardín en su denuncia contra Juan Darthés; “mirá cómo nos ponemos”, decían en conferencia de prensa. Mientras tanto, Carla Peterson ganaba un premio Martin Fierro y se presentaba a la gala con el pañuelo verde: “A mí no me gusta hablar del aborto, ninguna mujer quiere atravesarlo, pero es una realidad”, reclamaba.

Pero no siempre fue así: el aborto fue tabú por mucho tiempo en nuestra sociedad, y más en la ficción. ¿Cómo se habla de aborto en la pantalla chica? ¿por qué es necesario hablar del tema en la televisión? ¿De qué manera las guionistas luchan por contar estas historias?

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- "Te sentís una mierda, no te olvidás más. Nosotras decidimos si queremos o no un hijo, pero nos obligan a venir a estos lugares como ratas, donde te podés morir además".

Esa frase la dice Eugenia Leone, el personaje interpretado por Dolores Fonzi en “La Leona” (2016), la novela a cargo de Pablo Echarri y Martín Seefeld. Junto a July (Mónica Antonópulos), las protagonistas reflexionan sobre el derecho a poder decidir sobre nuestros propios cuerpos. Esa escena, para la guionista de la novela Susana Cardozo, representa la “conexión y contraste” entre “una mujer de clase baja con una mujer de clase alta, que la acompaña al lugar donde ella se había hecho un aborto”. 

"La Leona"

La misma semana en que se emitió el capítulo en televisión se conocía la historia de Belén, la joven tucumana que fue presa por un aborto. Aunque había sido filmado en 2014, la escena le dio voz a una realidad que seguía -y sigue- pasando en el país. “No es nada nuevo lo que estamos contando, es lo que sucede en la calle. Pero la televisión siempre va atrás de lo que sucede en la realidad. Las mujeres se mueren todos los días por hacerse un aborto”, decía Cardozo a Notas

La historia sigue a María Leone (Nancy Dupláa), trabajadora en una fábrica textil. Según cuenta la guionista a este medio, el objetivo que tuvo desde un principio junto a Pablo Lago era representar a “mujeres reales, no de decálogos de telenovelas”. Mujeres deseantes, que accionan de acuerdo a su sentir, a sus contradicciones, que luchan contra las reglas opresivas preestablecidas y estructuras de poder machistas, que defienden las causas injustas y que representan a muchas espectadoras: “Queríamos que tuviera características reales, que sea cabeza de familia, una mujer de la calle, reconocible, que podía ser cualquiera de nosotras. Queríamos romper de lo que se estilaba de una protagonista, me parece que muchas tuvimos una identificación genuina con la leona”, cuenta. 

Susana Cardozo | Foto: Twitter @suautora

Y los abortos suceden, y es protagonista de la vida de muchas mujeres y personas gestantes. Aunque no existen datos concretos, en la solicitada que presentada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que cuenta con más de 500 firmas, indican que en Argentina se practican aproximadamente 54 abortos por hora. 39.025 mujeres y niñas ingresaron en hospitales por complicaciones de salud relacionadas con abortos en un solo año, y el 16% tenía entre 10 y 19 años.

Susana es feminista. Según revela, luchó por los derechos de las mujeres desde que era chica, y considera al movimiento de mujeres como plural, una potencia y herramienta para repensarnos constantemente. Como explica: “Es una gran felicidad poder encontrar en este movimiento esta mirada que teníamos todas y ahora salió a la calle, llegó a todos lados y es imparable”. Según analiza, hablar de aborto en la televisión tuvo un “resonar muy intenso”: “Decidimos incluir el tema del aborto en la novela porque lo teníamos muy presente, queríamos meternos con ese tema, instalarlo en nuestra ficción. Fue un hito importante de La Leona y tuvo un eco muy fuerte en la calle”, analiza. 

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No fue fácil hablar de aborto en la televisión. Según el periodista Rolando Gallego, especialista en cine y autor del libro ‘Mujeres, Cámara, Acción’, esto se debe a los regímenes militares o religiosos que imperaban en nuestra sociedad, y que definían de qué se podía hablar y de qué no. 

“La televisión estuvo siempre regida por reglamentos y por organismos e instituciones que ejercían presión para que no se mostraran muchos temas. Presión, censura, autocensura, son muchos los elementos que impedían la proliferación de ciclos y propuestas. Un ejemplo fue 'Socorro Quinto Año', que al tocar este tema en el prime time del Canal 9 de -Alejandro- Romay, frente a la presión de varias asociaciones y organizaciones, y hasta de la hoy inexistente 'Liga de la familia', terminó fuera de la grilla de programación”, analiza el periodista, en diálogo con este medio.

"Socorro quinto año"

¿Cuándo se empezó a hablar de aborto en la ficción? Hagamos un repaso: entre los primeros programas que abordaron el aborto se encuentran “Cosa Juzgada” (1969), “Rolando Rivas, taxista” (1972), “Situación Límite” (1983) o “Atreverse” (1990). Más cercano en el tiempo, podemos nombrar a “Padre Coraje” (2004); “Socias” (2008), “Herederos de una Venganza” (2011), “El Elegido” (2011); “La Dueña” (2012); “El donante” (2012); “Condicionados” (2012); “En terapia” (2012); “La Leona” (2016), “100 días para enamorarse” (2018), “Argentina, tierra de amor y venganza” (2019).

Es que estamos viviendo la era feminista de #MeToo, #TimesUp y #NiUnaMenos, donde las conquistas de género y feministas se reflejan en la deconstrucción de las ficciones y de los mandatos machistas en la industria audiovisual. “La mujer que abortaba debía ser luego presentada como una paria, una perdedora, alguien a la que la vida no debía seguir sonriéndole, al contrario. Por suerte eso cambió, y hoy puede ser un ítem más dentro de los que una ficción configura su universo discursivo”, analiza el periodista.

Sin embargo, también estamos atravesando una de las peores crisis de toda la historia de la ficción argentina: de hecho la única novela de este año, “Separadas”, fue cancelada luego de solo 36 capítulos. En un posteo de Twitter el becario del Conicet, Ezequiel Rivero, explicó que Argentina es el país que más cayó en cantidad de horas de ficción producidas en toda Latinoamérica en los últimos 10 años, después de Colombia: de 1034 a 371 horas de ficción nacional en una década. 

Para Gallego, esto responde a un problema estructural que comenzó mucho antes del COVID-19: “Hay un desamparo de políticas gubernamentales y privadas. Actualmente son un puñado las que se están produciendo, pero por grandes estudios y corporaciones, que pueden sostener, protocolos mediante, la inmensa inversión para cuidar a todes les involucrades en una producción audiovisual”. Según Cardozo, desde adentro del mundo televisivo se vivió una crónica de crisis anunciada. “Todos los que trabajamos en construir historias fuimos viendo cómo se iba degradando la ficción nacional. Si nos quedamos sin eso, nos quedamos sin la construcción de nuestra identidad”, opina. 

Lo que la crisis dejó en evidencia es que es necesario repensar el ecosistema de producción, el modelo instalado en nuestro país que incluya políticas públicas y mayor trabajo en el sector audiovisual. En este trabajo, que los derechos de las mujeres, disidencias lleguen a las historias es fundamental. “Es importante cuando una ficción toca un tema que la calle lo necesita, amplificar esa voz. Cuantas más novelas haya, más temas para instalar en nuestra sociedad vamos a tener. Que vuelva la ficción ante todo para poder hablar de las cosas que queremos hablar, entre ellas el aborto”, manifiesta Cardozo.

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- Abortos hubo, y va a haber. El tema acá es que no mueran más mujeres. La idea no es salir en masa a abortar, sino no penalizar a la mujer.

La escena pertenece a “100 días para enamorarse”, en las clases del profesor Fidel Garrido (Michel Noher), donde les alumnes proponen intercambiar ideas sobre la interrupción voluntaria del embarazo, “un tema actual que se está debatiendo en la sociedad”. No estaba errada: la noche en que se emitió el capítulo en la pantalla de Telefe, en el Congreso se estaba debatiendo la interrupción voluntaria del embarazo en 2018.

“Fue muy interesante generar ese espacio en la escuela, donde hablaban hablaban sobre la posibilidad de la ley de aborto seguro y gratuito. Esa noche recuerdo un tweet que decía que los chicos de la novela debatían con más altura que los mismos diputados”, dice Silvina Frejdkes, guionista de la ficción, en diálogo con este medio. 

La novela dirigida por Sebastián Ortega se animó no solo a llevar a la pantalla el tema en pleno prime time, sino que en uno de los capítulos el personaje Charo (Antonella Ferrari) se hace un aborto clandestino. “Me trataron como a un perro, pensé que me iba a morir", decía la joven. Ambas escenas fueron encaradas desde el peligro que corren las mujeres al momento de hacerse un aborto de manera ilegal y la importancia de la educación sexual integral. 

También, en la novela Antonia Salinas (Nancy Dupláa) lució el pañuelo verde anudado en su mano izquierda, mientras preparaban un asado en su casa junto a Juani (Maite Lanata), Gino (Osvaldo Laport) y Coco (Pablo Rago). Aunque los personajes lo adoptaron como algo normal y no repararon en eso, la decisión hizo eco en redes sociales.

Silvina Frejdkes

Para Frejdkes representó una experiencia de “enorme satisfacción”, ya que permitió llevar a la hora de la cena diferentes historias que atraviesan a todas las generaciones: “Saber que los personajes son parte de todos es una sensación inigualable. Todo cobra sentido, una se da cuenta de que está contando algo que tiene como un efecto y si puede cambiar o mejorar la vida a alguien en ese sentido es espectacular. Es muy importante hablar en ficción aborto para visibilizarlo, poder mostrar que las chicas no pueden decidir sobre los propios cuerpos. La ficción te posibilita poder empatizar con esas historias, conocer estos personajes”, comenta la guionista.

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Como ellas, las guionistas luchan en cada trabajo por llevar nuevas miradas, nuevas historias a la mesa familiar, a que se puedan debatir nuestros problemas reales bajo perspectiva de género. “La ficción nos ayuda a pensar todo el tiempo. Me parece un arma muy potente para el pensamiento, para instalar la duda. Ayudan a la discusión en las casas, a ampliar ese punto de vista de la vida, a construir nuestra vida desde un lugar de libertad. En este sentido es notable como el punto de vista de una mujer puede cambiar una historia. Estamos acostumbrados a ver las historia desde el punto de vista del varón, y las mujeres tenemos muchas cosas para contar”, señala Cardozo.

La guionista también trabajó en “Tratame bien”, “Lalola”, y “Locas de Amor”, pero fue “La Leona” la que la interpeló de cerca: “Escribir ese guion fue como estar en carne viva permanentemente, sus personajes, la historia de esta mujer, tan reconocible en los barrios. Yo viví toda mi infancia en provincia de Buenos Aires, era algo que me llevaba a mi propia historia. Me conmovió mucho escribirla, a veces hasta me descubrí inquieta en la escritura, o llorando conmovida en alguna escena mientras la escribía. Para mi fue muy fuerte”, recuerda.

Cuando Frejdkes empezó a trabajar como guionista, según recuerda, esto no era tan así: “Generalmente eran mujeres que esperaban un príncipe azul que les iba a resolver la vida, ya sea económicamente, afectivamente, emocionalmente. Hasta las mujeres más independientes estaban vinculadas con historias de amor y la necesidad de un hombre para tener un final feliz. Estaba muy armado esa estructura… de a poco se fue disolviendo, empezaron a aparecer personajes más interesantes”, observa.

"Los personajes femeninos son mucho más interesantes y pueden contar historias más allá de las románticas", analiza Frejdkes.

A lo largo de su carrera formó parte de diferentes proyectos, como “Educando a Nina”, “Viudas e hijos del rock and roll”, “Graduados” y también “Socias”, el unitario donde junto a Marta Betoldi también hablaron de aborto. La tira, creada en 2008 y producida por Pol-ka, seguía a tres abogadas: Inés Asturias (Mercedes Morán), Dolores Mollet (Nancy Dupláa) y Mía Pontevedra (Andrea Pietra). “Me parece que hoy en día las historias ya se pueden escribir por suerte desde otro lugar. Creo que los personajes femeninos son mucho más interesantes y pueden contar historias más allá de las historias románticas, que están buenísimas también pero que no sea solo eso”, continúa.

Esta semana se llevó a cabo un nuevo debate por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina. Para Cardozo, la ficción tiene que reflejar estos debates sociales: “Yo tengo hijas adolescentes y ellas muchas veces me dijeron ‘no hay historias para nosotras’. Es importante hablar de las ficciones de todos aquellos temas pendientes. Poder verlo y decir ‘eso es lo que me esta pasando a mi’, identificarte, poder decir que no estás solo o sola, poder ponerle palabras. Me parece que no han sido tantas las ficciones que han recorrido el tema del aborto, pero las que lo han recorrido han hecho bastante ruido”, analiza. 

"Es importante hablar de las ficciones de todos aquellos temas pendientes. Poder verlo y decir ‘eso es lo que me esta pasando a mi’", indica Cardozo.

Según Frejdkes, fue “más fácil” poder hablar de esto que nos pasa en 2018 que en 2008 con “Socias”: “En ese momento se estaba peleando para que salga la ley, el tema estaba en agenda, antes no. Hay que hablar de eso, es una forma de visibilizar algo que existe. La ficción es una herramienta sumamente importante para eso”. 

La ficción como vía de representar(nos). De contar lo que nos pasa. De lograr que la pantalla se tiña de verde, el color que distingue a las calles hace rato. De que sea ley en el Congreso, y también en la televisión. La deuda es que sea ley, y el desafío es llevar esa marea verde también a la pantalla.

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