El Xeneize solicitó la descalificación de River y, por ende, la obtención de la Copa Libertadores, a raíz de lo ocurrido el 24 de noviembre en el estadio Monumental, donde fueron lastimados Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo producto de un ataque a piedrazos que recibió el micro en el que se trasladaba el plantel azul y oro. Según la dirigencia, este episodio debe juzgarse de la misma manera que el del gas pimienta, que le valió la descalificación a Boca contra River, en octavos de final de la Copa Libertadores 2015.

El Millonario sostiene que los hechos ocurrieron fuera del anillo de seguridad del estadio, ya que la agresión al micro se dio en Lidoro Quinteros y Libertador, pese a que también hubo otra en la puerta del ingreso al estadio. Además, el club de Núñez asegura que la responsabilidad de brindar garantías en la zona era del Estado, de hecho, a consecuencia de lo ocurrido, renunció Martín Ocampo, el por entonces ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.

Aunque la sede del TAS queda en Lausana, Suiza, el Tribunal decidió que la audiencia sea en Madrid debido a que los estudios contratados por ambos clubes son españoles. Boca está representado por Mariano Clariá y Pintó Ruiz, mientras que River es defendido por Gonzalo Mayo junto a Senn Ferrero.

A excepción de que a instancias de los jueces del TAS (el italiano Massimo Coccia, el chileno Juan Pablo Arriagada y el suizo András Gurovits) las partes lleguen a un acuerdo, el fallo se conocerá en los últimos meses de 2019.