La muerte de Débora Pérez Volpin sorprendió a todo el país, y luego del paso de un mes, la noticia aún eriza la piel. Periodista, conductora, legisladora porteña, falleció en el Sanatorio de la Trinidad cuando fue a realizarse una endoscopía.

Mientras tanto, el hospital se defendió de las acusaciones, mediante de un comunicado, en donde expresaron: "Han abundado las voces descalificantes, sin el mínimo sentido del resguardo de la ética profesional. Los errores, si es que los hubiese habido, no deben ser sinónimos de culpa".

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Sin embargo, la familia de la víctima piensa llegar hasta el final de la cuestión, por lo que a través de su abogado, expresaron que solicitaron a la Fiscalía la declaración de 21 médicos del lugar.

Según afirmó Diego Pirota, esta es la primera tanda, y luego requerirán la presencia de otros involucrados, desde el momento en el que Débora llegó a la institución médica.

"Ya sabemos que no estaba enferma, como dijo La Trinidad, lo sabemos porque la autopsia dijo otra cosa, no murió de ninguna otra cosa que no tenga que ver por el procedimiento médico que se llevó a cabo", sostuvo.

Luego, añadió: "Sabemos que La Trinidad nos mintió porque les dijo a la familia que no sabían lo que pasó, y después le dijo a los medios que ella estaba enferma".

A su vez, dejó en claro el objetivo principal: "Queremos ver en qué se equivocaron, no puede ser que uno se vaya a hacer un estudio de rutina y que quince minutos más tarde termine en un cuadro terrible".

También, denunció que no fue "adecuado" el tratamiento que le hicieron al cuerpo, y que gastroenterólogo no hizo ninguna presentación.