El Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, anunció en la jornada de ayer la firma de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para que el Ejecutivo pueda intervenir sobre el grupo Vicentin, designando a su vez tanto a Javier Delgado como su interventor así como el envío de un proyecto de ley al Congreso para avanzar en la expropiación de la empresa. 

Hace instantes, el mandatario se pronunció en el programa Radio con Vos donde brindó precisiones al respecto. 

Consultado en primera medida sobre el eventual endeudamiento del Estado nacional a partir de esta disposición, Fernández partió por desestimar la comparación de esta empresa con casos como el de Sancor o Cresta Roja: “Ayer lo que hicimos fue hacernos cargo”.

“No soy de los que naturalmente cree que el Estado tiene que hacerse cargo de todo. Soy de los que cree que hay situaciones estratégicas que el Estado no puede mirar desde la platea. Esta es una decisión estratégica (...) Son exportadores, son generadores de divisas, en un país que tiene desde siempre problemas de formación de activos externos”, precisó. 

En este sentido marcó además que no se está “expropiando una empresa próspera” sino que se trata de una “en quiebra”: “Habría que hablar del rescate de Vicentín, es una empresa quebrada por la mala administración de los últimos dos años”. 

“Quien me conoce sabe, soy un hombre que cree en un capitalismo más justo pero que  cree en el capitalismo”, comentó. 

“No es que llegamos y tenemos que poner 1300 millones de dólares, llegamos a una empresa en concurso, no olviden esto, porque los critican esto hacen creer que llegamos a una empresa en quiebra”, precisó en esta línea. 

Al respecto de la posibilidad de “rescatar empresas” con el Estado en su conducción, el Presidente marcó que es una situación “excepcional” realizada por su lógica estratégica. 

“Es una decisión absolutamente estratégica que analizamos con Matías Kulfas, con el gobernador de Santa Fe, es una situación que me preocupaba a mí porque no estamos hablando de cualquier empresa”, continuó. 

En último término, el mandatario manifestó su sensación de que "difícilmente los accionistas de la empresa se sientan damnificados porque en los últimos diez días he recibido propuestas para que el Estado se quede con la anuencia de los accionistas de la empresa. No quise hacerlo por una cuestión de transparencia". 

Cerró marcando el estado de relación con la vicepresidenta, Cristina Kirchner: "Cristina tiene una historia política que me excede políticamente a mí. Con Cristina hablo de todos los temas de gobierno, pero la verdad es que sería muy injusto con Cristina si dijera que impone posiciones". 

“Cristina cenó conmigo el jueves. Le dije ‘el fin de semana voy a hacer esto’ y ahí coincidimos en la mirada, pero no es algo que yo le estuve preguntando. En ese encuentro aprovechamos también para ordenar la agenda legislativa. Cristina no ha sido una Presidenta más: ha dejado gente que la quiere y gente que no, es un personaje, me sale la palabra polémica", cerró.