El presidente Alberto Fernández mantuvo este miércoles un almuerzo de trabajo en la Casa Rosada con una delegación de Estados Unidos presidida por el subsecretario interino del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
Participaron de la reunión el canciller Felipe Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación, Gustavo Béliz, y el ex embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello.
Por parte de la comitiva norteamericana también asistieron el embajador en la Argentina, Edward Prado, el consejero político Chris Andino y la asesora Mariju Bofill.
El encuentro se dio después de que el asesor que Trump envió a Argentina para la asunción de Fernández, Mauricio Claver-Carone, se retirara del país sin asistir a la jura, molesto por las presencias del ministro de comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez.
En una entrevista con periodistas del diario Clarín, Claver-Carone habló además de otras "sorpresas desagradables" y no comunicadas previamente a Washington, como la invitación al ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, y también por las gestiones de Fernández para darle asilo a Evo Morales.
Tras ese plantón diplomático, otros funcionarios estadounidenses se reunieron con Fernández en un intento por acercar posiciones.