Durante la madrugada del lunes, la Policía recibió un aviso desde el Palacio Real de Dresde, Alemania, por un robo. Las cámaras de seguridad documentaron a dos ladrones que ingresaron al museo rompiendo una ventana. Tiraron una gran vitrina para romper el cristal y poder llevarse las joyas.

Minutos antes, un pequeño incendio cerca del museo había cortado la electricidad y eso afectó el sistema de alarmas y facilitó que los ladrones ingresaran al lugar y las imágenes de la cámara de seguridad no se vean con claridad.

Cuando los efectivos policiales llegaron al lugar, ya era demasiado tarde. Los delincuentes habían escapado con un botín de "valor incalculable", de acuerdo a lo que declararon los responsables de la Colección Estatal de Arte de Dresde.

Las autoridades del museo aún no tienen claro cuántas piezas se llevaron. En la sala robada, se exhibía una colección real de joyas del siglo XVIII: broches, botones, medallas y otras joyas con diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros.

Marion Ackermann, directora del museo, habló en conferencia de prensa: "Estamos estupefactos ante la brutalidad de este robo". Se negó a ponerle una cifra al robo ya que considera que una cosa es el valor material de las joyas y otra el valor histórico.