El pasado miércoles 13 de enero, Alexéi Navalny anunció que iba a regresar a Rusia, su país de origen, tras su exilio en Alemania, país en el que estuvo internado por un envenenamiento que, según denunció, fue ordenado por Vladimir Putin.

A pesar de que las amenazas eran evidentes, Navalny decidió volver a la Federación Rusa y, apenas aterrizó en el Aeropuerto de Moscú, fue arrestado por la policía autóctona, que aseguraron que tenían la "obligación" de arrestarlo por "por violar las condiciones de una condena" impuesta por la Justicia en 2014.

"Volamos a casa", llegó a publicar antes de despegar el avión desde Alemania junto a su pareja Yulia y después de agradecer a las autoridades y personal de salud alemán que lo asistió durante su estadía en el país bávaro.

Según pudieron reconstruir algunos periodistas de la AFP presentes en el vuelo, el avión debía aterrizar en en el aeropuerto de Vnukovo, pero poco tiempo antes del arribo, el piloto a bordo indicó que por "problemas técnicos" debían aterrizar en el aeropuerto Sheremetyevo.

De acuerdo a lo relatado, en el aeropuerto de Vnukovo, el opositor iba a ser recibido por varios de sus seguidores, quienes estaban junto a agentes antidisturbios que detuvieron a varios de ellos y no pudieron escoltarlo en su llegada al país.