El ex ministro de salud brasileño, Luiz Henrique Mandetta, destituido en abril por sus fricciones con el presidente Jair Bolsonaro sobre la estrategia para enfrentar el coronavirus, dijo que alertó al jefe de Estado sobre la gravedad de la pandemia y que "nada de lo que está ocurriendo hoy es sorpresa".

En diálogo con Folha de Sao Paulo, marcó que Bolsonaro no puede decir que no fue advertido sobre la crisis sanitaria que la pandemia desató en Brasil, hoy cuarto país del mundo con más casos de Covid-19 (243.968 contagiados) y el sexto con más muertes (16.196), según el balance de la Universidad Johns Hopkins.

"Teníamos nuestros estudios de escenarios de números de casos y muertes. Nada de lo que está ocurriendo hoy es sorpresa para el gobierno", precisó el ex ministro.

Contemplando que su sucesor, Nelson Teich, renunció al cargo el último viernes, también por divergencias con Bolsonaro, es importante mencionar que las proyecciones indican que los contagios y las muertes seguirán creciendo de forma exponencial en este país de 210 millones de habitantes.

"Él (Bolsonaro) claramente consideraba que la crisis económica proveniente de la de salud era inaceptable por más que lo alertáramos de que era una enfermedad muy seria y que el número de casos podría sorprender", afirmó Mandetta. 

En este sentido explicó que su cartera comenzó a advertirle sobre la gravedad del coronavirus en enero y, pese a que en la época el asunto no generaba tanto interés, el Ministerio emitía boletines diarios.

"La primera impresión que tuve era que el gobierno no estaba tan interesado en el asunto y no le estaba dando la debida dimensión. Tan sólo cuando ya estábamos con el virus y casos sumándose, en la segunda semana de marzo, percibieron que toda la sociedad estaba muy ligada al Ministerio como principal punto de referencia", dijo.

En último término, se refirió al caso de la cloroquina para tratar a todos los pacientes con Covid-19 y subrayó que esto puede causar muertes porque se trata de una medicina cuya eficacia no ha sido comprobada y con graves efectos colaterales, como arritmia cardíaca.

"Comenzamos a experimentarla con pacientes graves que ya están en los hospitales. Por lo que sé de esos estudios, que aún no concluyeron, el 33 % de los pacientes tuvo que suspender el uso de cloroquina porque presentaron arritmia, algo que puede generar un paro (cardíaco)", cerró al respecto.