Cliff Devries cada año para su cumpleaños realiza un salto de cabeza en una pileta deportiva de la que es entrenador. Este ritual no tendría mayor relevancia si no fuera porque tiene la mitad de su cuerpo paralizado. 

Hace 20 años le diagnosticaron un tumor cerebral que debieron extirparle, Cliff se desempeñaba como entrenador de buceo y competía como saltador de trampolín a nivel nacional, el paso previo en Estados Unidos para convertirse en profesional. 

Pero lamentablemente la operación dejó su cuerpo totalmente paralizado, pero con mucha dedicación y voluntad logró recuperar la movilidad del lado izquierdo. 

Gracias a este gran avance conseguido, Cliff creó un ritual desde entonces, cada cumpleaños sube a el trampolín y realiza lo que más ama: Hace un salto de cabeza a la piscina. 

"Es una gran terapia para mí, estar en esta piscina es vivificante y emocionante", explica Devries, que se desempeña como  entrenador universitario, tras ejecutar su salto con "un poco de ayuda de sus amigos".

Hoy Cliff Devries cumple 47 años y su ritual y la gente que lo ama y lo conoce  festeja un nuevo lanzamiento, con girtos, aplausos,  lágrimas y sobre todo mucha emoción. Mirá