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Cómo es ingresar a China desde el exterior en plena pandemia

El procedimiento y los distintos protocolos fueron publicados por un usuario de Twitter que regresó a Shanghái, ciudad donde reside, tras pasar unas semanas en Madrid.

Cómo es ingresar a China desde el exterior en plena pandemia

Desde el coronavirus se volvió una pandemia, todo se volvió mucho más complicado en términos de interrelaciones con las personas y de protocolos caseros a la hora de llegar a casa después de, por ejemplo, ir al supermercado.

Ni hablar si se trata de protocolos de ingreso a otros países. Ni hablar si se trata de ingresar a China, el país que pudo controlar el COVID-19, desde España, uno de los países más afectados por la llamada "segunda ola" de contagios en Europa.

Ese fue el caso de un usuario de Twitter llamado Nyscalo, que relató cómo fue el reingreso a Shanghái después de haber pasado unas semanas en Madrid, la capital española.

"Comenzamos en España donde, aparte del visado en regla, también necesitas presentar una PCR con resultado negativo hecho en las 72h previas al vuelo", comenzó Nyscalo. "Tienes que enviar el informe del test a la Embajada china, que te lo devolverá sellado vía email".

Cuando su avión aterrizó en la ciudad china, personal del aeropuerto equipado con trajes especiales acompañaba a pequeños grupos de pasajeros a abandonar el avión. "El desalojo puede durar hasta dos horas", confirmó el autor del hilo en Twitter.

Una vez en el aeropuerto, Nyscalo notó un silencio que lo hizo pensar que el lugar estaba vacío. Allí, le dieron un código QR y le realizaron una segunda prueba PCR.

Al terminar, Nyscalo buscó su valija y se subió a un colectivo interno junto a otro grupo de personas, el cual los derivó a un hotel para llevar a cabo la cuarentena.

"Por si os lo estáis preguntando: sí, el hotel lo paga el viajero. Y no, no lo elije él. Y sí, todo el mundo tiene que hacer cuarentena vigilada, tanto chinos como extranjeros", confesó él.

"Se trata de hoteles especialmente acondicionados donde al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas en las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba", escribió y adjuntó cuatro fotos de sus distintos platos.

El cuarto plato parece bastante occidental... bueno, porque no fue algo que le dieron en el hotel. "Vale, la última foto no es la comida del hotel, si no lo que me preparé el primer día que llegué a casa", aclaró bromeando.

Segú comentó, el código QR que le había sido otorgado tenía que utilizarlo para enviar su temperatura corporal dos veces al día: a las 9 y a las 14 y, si bien podía comer comida de afuera, no podía ser nada que se hubiera cocinado previamente en un restaurante.

La primera semana la pasó en el hotel, mientras que la segunda la hizo en su domicilio en Shanghái. Sin embargo, en control siguió siendo estricto: "Mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. Comenzaba a sentirme como Al Capone".

Ya en su casa, su pareja tuvo que irse a lo de una amiga y él ya podía pedir comida de afuera, pero cada dos días un médico iba a tomarle la temperatura. El día 12 fue el último PCR y, a los dos días, ya era libre.

"Muchos os preguntáis cómo es posible que un país tan grande haya sido capaz de contener el virus. Esto que acabo de contaros lo hacen con todas las personas que entran a China, nacionales y extranjeros. Cuando a finales de septiembre hice el camino inverso, lo único que tuve que hacer al llegar a Barajas fue rellenar un formulario… a mano", finalizó el usuario.