Según el reporte policial, alrededor de 600 personas se congregaron ayer en la emblemática Plaza Baquedano y se produjeron escaramuzas en zonas aledañas cuando las fuerzas antidisturbios reprimieron la protesta con gases lacrimógenos y carros hidrantes.

Las protestas, que resurgen cada viernes por la tarde en la capital, se intensificaron luego que un efectivo policial matara a tiros a un malabarista en el sur del país hace una semana, provocando graves incidentes en la localidad de Panguipulli, donde manifestantes levantaron barricadas al tiempo que fueron incendiadas diez instituciones públicas.

El efectivo de Carabineros que lo mató de cinco balazos consiguió el jueves la libertad a cambio de no salir del país y de presentarse cada 15 días ante la justicia. Está acusado de homicidio simple tras descartar el Ministerio Público la tesis de la legítima defensa.

“Fueron a buscar a carabineros”, aseguró el general Jean Camus, jefe de la Zona Santiago Este, en declaraciones al diario La Tercera.

La fuerza informó que tras los disturbios en la zona de la plaza y los alrededores, 24 personas fueron detenidas, una de ellas por lanzar un objeto incendiario contra un furgón policial.

El sujeto, cuya identidad no fue revelada, es ingeniero y no tiene antecedentes penales. Se le abrió una causa por homicidio frustrado, lanzamiento de bomba molotov y hurto.

Según Camus, al momento de su detención tenía en su poder artículos de protección tomados del vehículo policial.

Según el portal de noticias de Radio Bio Bio, que cita a Carabineros, el vehículo fue emboscado por encapuchados usando “miguelitos”, obligando a los funcionaros a descender para ponerse a resguardo. En ese momento robaron un arma y luego fue incendiado.

Camus comentó que en los operativos se recuperaron elementos antidisturbios y chalecos antibalas pertenecientes a la institución, pero no todos.

Desde el Gobierno, lamentaron lo ocurrido y aludieron a que los disturbios los provocaron un grupo “minoritario de violentos”.