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Coronavirus: la cruda reflexión de un médico de cuidados intensivos de España

Carlos Velayos trabaja en Fuenlabrada y dedicó un hilo de Twitter analizando la situación puntual en su hospital, donde reinó el caos, luego el temor y ahora se acomodó a la crisis sanitaria.

Coronavirus: la cruda reflexión de un médico de cuidados intensivos de España
Carlos Velayos, del hospital de Fuenlabrada, publicó una reflexión en Twitter (Foto: Twitter @cvelayos)

Más allá de que se les abrió la puerta a los ciudadanos para que puedan salir un poco por las calles, España sigue estando en la lista de los países con más casos y muertos por la pandemia de coronavirus, y el temor continúa en las calles. Por eso, se hablá de tener cuidado a la hora de manejarse porque se puede dar un nuevo brote, en un momento crítico desde lo económico.

En ese sentido, el que se refirió al respecto fue Carlos Velayos, médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Fuenlabada y que además es parte del Proyecto para la prevención, diagnóstico, y tratamiento del síndrome postcuidados intensiVos en el Hospital de FuenlabradA (Humanizando los Cuidados Intensivos).

La lucha en España contra el coronavirus.

En este sentido, mostró una reflexión cruda e impactante sobre lo que fue trabajar sin conocimientos, pocas armas, pocos recursos y sobrepasados de pacientes, pero con un un grupo médico y sanitario que supo salir adelante en las últimas semanas, cambiando para siempre la estructura hospitaliaria.

En el mismo, no sólo remarca que los ciudadanos tienen que entender qué fue lo que se vivío, sino que el mundo puede haber cambiado para siempre tras la pandemia. El relato de Velayos pasa por todos los esquemas de los médicos en el mundo: incertidumbre, caos, miedo, trabajo incansable y, finalmente, orden.

Así fue la vida del hospital de Fuenlabrada en la luhca contra el coronavirus

"Hoy me ha dado por pensar en lo que hemos vivido en estos dos últimos meses desde que en las primeras semanas de marzo empezaron a llegar pacientes COVID-19 a nuestros hospitales y nos dimos cuenta de que venía una situación mucho más grave de lo que nos esperábamos.

Vimos lo q había pasado en Wuhan (China) y en Lombardía (Italia) y no aprendimos. Vimos lo que estaba pasando en Torrejón y en Valdemoro y no aprendimos. Reconozco que a mi me terminó de abrir los ojos aquel hilo de @donni__69  y aún asi creí que podríamos evitar tanto caos.

Pero ya era demasiado tarde y teníamos encima la tormenta perfecta: cientos de pacientes llegando a la urgencia con insuficiencia respiratoria por neumonías bilaterales, EPIs insuficientes en muchos sitios y las UCIs llenando su capacidad en cuestión de una semana. Muy mala pinta.

Se cerraron colegios, se declaró el estado de alarma y un confinamiento cada vez más estricto. Aplausos a las 8 y miedo. En el hospital empezamos a buscar como ampliar la UCI y como conseguir más camas de hospitalización. Ver como estaba la urgencia aquellos días era abrumador!!

Pasamos de tener una UCI de 10 camas a ocupar la REA, el hospital de día quirúrgico y la urgencia de Gine para improvisar hasta un total de 48 camas de UCI. En la hospitalización lo mismo: un hospital de 350 camas que llegó a tener 550 pacientes COVID ingresados al mismo tiempo.

Se consiguieron respiradores para esas 48 camas y se triplicó la plantilla de médicos de UCI contratando intensivistas e incorporando anestesistas y otros especialistas. Cada día en vez de un intensivista de guardia había 4 con tres refuerzos de tarde para poder atenderlo todo.

El despliegue de enfermería fue parecido incorporando a la UCI enfermería de todo el hospital y contratando gente nueva. En la urgencia un esfuerzo inmenso para poder atender el aluvión de pacientes que llegaban a diario y en las plantas algo parecido. La respuesta fue increíble.

De las cosas q de verdad han merecido la pena de esta experiencia una es compartir todo ese trabajo con gente maravillosa que ha sido generosa en el esfuerzo y que ha estado sumando sin quejarse. No ha sido una sorpresa, más bien una confirmación. Pero nunca olvidaré a esa gente.

Eso nos ha permitido atender a casi 1600 pacientes que han estado ingresados en el hospital y de ellos a casi 100 pacientes en la UCI. Toca analizar los resultados y todo lo aprendido. Pero lo vivido va más allá de las cifras y ha sido una experiencia profesional dura como pocas

Nunca había visto asi un hospital, las urgencias tan sobrepasadas, las camas de UCI multiplicadas x4-x5 y llenas de pacientes tan graves, todos intubados y en prono. Nunca había visto una situación de excepción asi a todos los niveles con lugares, máquinas y personal no habitual

Nunca había visto una sobrecarga de trabajo parecida. Con todo el personal al límite haciendo el doble de guardias, agotados y con unas condiciones de trabajo durísimas: los EPIs, el asilamiento familiar, el miedo al contagio. Hemos vivido muy lejos de nuestra zona de confort.

Hemos tenido que lidiar con decisiones muy duras y con una carga emocional y de estrés desconocida hasta ahora. Las familias han estado lejos de los pacientes y nosotros informando por teléfono en muchos momentos, viviendo despedidas y conversaciones que jamás podremos olvidar.

Hay cosas que son realidades: nadie tiene derecho a cambiar las cifras o a mentir sobre lo ocurrido. Luego está la experiencia tan dura que hemos vivido los profesionales y lo que ha significado para la población estar confinada con una repercusión económica que será terrible.

Sin olvidarnos de las residencias de ancianos y de los verdaderos protagonistas de todo esto: los pacientes y sus familias, los que han fallecido y los que han sobrevivido para recuperarse de las secuelas mientras la sanidad, la economía y la vida vuelven a la normalidad.

En estos dos meses nuestro mundo ha cambiado y quizá ya no vuelva a ser lo mismo. En mi hospital se están organizando dobles circuitos para atender a pacientes COVID y No COVID, con dos UCIs y tratando de estar preparados para que no vuelva a suceder algo parecido.

En la conciencia de cada uno se queda lo que haya hecho, sus motivaciones, sus quejas y su compromiso. Algunos claramente han estado a la altura de esta situación. Otros no. Será importante que de todo esto aprendamos algo y que seamos coherentes con lo vivido y con lo aplaudido

Pero no olvidemos lo que ha pasado. Que nadie nos mienta. No dejemos que alguien nos haga un relato interesado y que convierta las víctimas en votos. Es verdad que toca desescalar el confinamiento y toca hacerlo bien. Y depende de todos. Depende de la responsabilidad de cada uno.

"Un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla". Yo no me voy a olvidar... ¿Y tu?"

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