Suecia, que venía aplicando una estrategia menos estricta que la de otros países frente a la pandemia, aprobó una ley que le otorga poderes extraordinarios al Gobierno para hacer frente a la segunda ola del coronavirus.

En las últimas semanas, Suecia se convirtió en uno de los países más afectados de Europa, con más de 480.000 infectados y 9.269 fallecidos.

Para hacer frente a la crisis, el Ejecutivo presentó el mes pasado este proyecto de ley cuya entrada en vigor estaba prevista para marzo, pero que ahora fue adelantada al domingo ante la evolución de la situación sanitaria.

El Gobierno aún no especificó cómo ni cuándo tiene previsto aplicar el texto.

La nueva ley permitirá al Poder Ejecutivo promulgar medidas restrictivas en zonas determinadas e imponer multas y sanciones por su incumplimiento, lo que no había sucedido hasta ahora.

Además, podrá ordenar el cierre de tiendas, centros comerciales o transportes públicos, o limitar el número de personas a las que se permite reunirse en lugares públicos específicos, en lugar de recurrir a medidas generales.

No obstante, no tendrá permitido ordenar a la población quedar confinada en su casa.

A diferencia de otros países del continente, Suecia había seguido hasta ahora una estrategia basada en recomendaciones, sin confinamiento y sin medidas restrictivas. Sin embargo, la evolución de la pandemia obligó a cambiar el modelo.

De hecho, esta ley no fue aprobada antes porque no era algo que el Gobierno considerara "necesario".