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Dólar: cómo la estrategia del Banco Central puede agrandar la brecha cambiaria

El cambio en la política de tasas de interés parece estar repitiendo uno de los factores que impulsó la escalada de los dólares paralelos durante el 2020.

Dólar: cómo la estrategia del Banco Central puede agrandar la brecha cambiaria
La brecha entre el dólar oficial y los paralelos se mantiene por encima del 100%.

El anuncio del principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar hacia un nuevo programa que reemplace el fallido Stand By firmado en 2018 trajo alivio al mercado de cambios. Luego de haber superado los $220, el dólar blue recortó $10 impulsado por las noticias del viernes pasado.

Sin embargo, la brecha entre la cotización oficial y las paralelas se mantiene por encima del 100%. El elevado nivel del diferencial cambiario puede explicarse principalmente por el estado de las reservas internacionales del Banco Central, que no alcanzan para cancelar el vencimiento del 22 de marzo por US$2.800 millones de deuda con el FMI.

La salida “rápida” del gobierno para darle aire a las reservas apunta a destrabar el giro de divisas de organismos internacionales para distintos proyectos. Por este motivo, apura la firma de la Carta de Intención con el Fondo, que debe ser aprobada por su directorio y por el Congreso argentino. 

Tasas de interés

Pero es imposible que este cronograma sea cumplido antes de marzo. En el medio, el gabinete económico deberá transitar febrero con el nivel de reservas brutas más bajo desde 2016 y una estacionalidad que le juega en contra. En el segundo mes del año la demanda de pesos suele caer en relación a diciembre y enero. Además, los ingresos de divisas por la liquidación de exportaciones suele estancarse.

En este contexto, el nuevo programa con el FMI implica una “estructura de tasas de interés reales positivas para tener mayor estabilidad financiera y cambiaria”, como adelantó el ministro Martín Guzmán. Establecer una tasa superior a la inflación es una medida clásica para intentar frenar el ritmo de aumento del nivel de precios.

El directorio del Banco Central comenzó con este sendero durante el mes pasado, cuando elevó en 2 puntos la tasa de referencia a 40%, luego de dejarla estancada durante más de un año en 38%. Al mismo tiempo, la estrategia de la autoridad monetaria apunta a desarmar el stock de Pases a siete días, al anunciar su desaparición progresiva y recortar su tasa al 32%.

El objetivo de la entidad dirigida por Miguel Pesce es alargar los vencimientos de su deuda. Hacia fines del año pasado, el total de Pases pasivos había superado los US$2,85 billones. Los Pases a 1 y 7 días son instrumentos mediante los cuales el BCRA absorbe dinero de los bancos a cambio de un rendimiento. Pero su corta duración puede contribuir a escenarios de inestabilidad financiera.

La idea es que el desarme de estos instrumentos de cortísimo plazo vayan hacia las Leliq a 28 días, al 40%, y a 180 días, que pagan un 44%. Estas letras cumplen el rol de quitar liquidez del mercado pero con una duración mayor. Paralelamente, el gabinete económico busca que los pesos de los bancos se destinen a comprar Letras del Tesoro para financiar el déficit del Estado y achicar el financiamiento monetario (emisión).

Pero, tal como está diseñada, la estrategia puede ser un factor que atente contra el peso. 

Caución

Como mencionamos anteriormente, el Banco Central hará desaparecer los Pases a 7 días, pero los que tienen 1 día de duración permanecerán, ya que son necesarios para sostener la estructura financiera. Este instrumento se mantiene al margen de la estrategia de suba de tasas. Por este motivo, no se mueve del 32% anual.

El problema reside en que los Pases a 1 día son los que usa como referencia el mercado de Cauciones. Estos instrumentos de deuda suelen estar destinados a empresas que quieren financiar su negocio. Pero también es muy común tomar Caución para realizar operaciones en el mercado financiero.

Cotizaciones del dólar. / Fuente: Rava

Las Cauciones tienen distintos plazos y actualmente su tasa se pacta de esta forma: a 1 día alrededor del 30%; a 7 días 35,7%; a 14 días 35,6%; y a 30 días 37,7%. Mientras se espera una inflación superior al 50% para este año, y un dólar oficial que se mueva en consonancia con el nivel de precios, no es necesario ser un experto en matemática financiera para advertir el diferencial de rendimientos.

Esta brecha favorece diversas operaciones. Desde una visión conservadora, los operadores pueden endeudarse a través de Cauciones y con ese dinero comprar bonos CER, que están atados a la inflación, generando un rendimiento prácticamente libre de riesgo con el diferencial de tasa. Lo mismo puede hacerse comprando deuda dollar-linked, que está atada a la cotización del dólar oficial. En este último caso, los inversores también se podrían beneficiar de un salto cambiario.

Además, los jugadores financieros pueden endeudarse a tasas bajas para apostar por instrumentos más agresivos, y atados a las cotizaciones paralelas de la divisa norteamericana (MEP y CCL), como CEDEARS. 

Pero la estrategia más especulativa consiste en tomar pesos a través de Caución y apostar por un salto cambiario en el mercado de futuros de dólar. De esta forma, el esquema del Banco Central puede servir de alimento para la especulación financiera y atentar contra otro de los objetivos de la autoridad monetaria: evitar una devaluación brusca.

En 2020, el gabinete económico impulsó un recorte en las tasas para que las empresas puedan tomar crédito para sobrevivir con el parate económico que significó la llegada de la pandemia y la cuarentena. Esta medida tuvo su contracara en la multiplicación de operaciones financieras similares a las mencionadas anteriormente, lo cual contribuyó a la disparada de los dólares financieros y al ensanchamiento de la brecha.

Sin embargo, vale recordar que la autoridad monetaria siempre ganó la pulseada contra los especuladores en el mercado de futuros, desde que asumió la actual gestión en diciembre de 2019. Pero la brecha se mantiene elevada. 

La nueva política de tasas puede generar ruido adicional en el dólar, lo cual aportaría más tensión a las negociaciones para cerrar un programa con el FMI, mientras los plazos se acortan y las reservas del BCRA escasean. 

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