Bajo un clima muy distinto al que todos los años caracteriza a la reunión anual, por la que desfilan por el edificio de Manhattan comitivas de los 193 países que integran las Naciones Unidas, así como la prensa de todo el mundo, el tono de Donald Trump permanece como una constante.

Tras el discurso inaugural pronunciado por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, su par norteamericano aprovechó su intervención para apuntar nuevamente sobre la administración china. 

"El Gobierno chino y la Organización Mundial de la Salud, que virtualmente está controlada por China, declararon falsamente que no había evidencia de transmisión entre humanos", partió por señalar Trump. 

En esta línea recopiló en su relato que "después, dijeron con falsedad que las personas sin síntomas no propagarían la enfermedad. Naciones Unidas debe responsabilizar a China por sus acciones".

En su discurso, apenas a 40 días de la cita con las urnas, y con el trasfondo de una gestión de la pandemia desastrosa y el reemplazo por una vacancia en la Corte Suprema de Justicia intentando ganar peso en este último tramo, el mandatario insistió con acusar a la OMS de complicidad con Beijing y aseguró que la organización está "controlada" por China.

El mandatario también se pronunció al respecto de las iniciativas sostenidas en términos diplomáticos como la normalización de relaciones diplomáticas entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin en Medio Oriente y las negociaciones de paz en Afganistán.

"Durante décadas, las mismas voces cansadas propusieron las mismas soluciones fallidas, persiguiendo ambiciones globales a costa de su propia gente. Pero solo cuando cuidas de tus propios ciudadanos puedes encontrar una verdadera base para la cooperación", señaló.

Trump destacó los llamados Acuerdos de Abraham, sellados este mes por Israel con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, un paso impulsado por su Gobierno dentro de su estrategia para abordar el conflicto palestino-israelí, del que, no obstante, no participaron los palestinos que lo rechazan tajantemente.

En esta línea resaltó los avances hacia la paz en Afganistán, el retiro de las tropas estadounidenses de ese país y el reciente acuerdo entre Serbia y Kosovo para normalizar sus relaciones económicas, bajo mediación de los Estados Unidos.

Según Trump, todos esos progresos hacia la paz se lograron desde una posición de "fuerza", que Estados Unidos logró entre otras cosas reforzando su Ejército y dotándose de armas sin parangón.

"Solo rezo a Dios para que nunca tengamos que usarlas", cerró quien este 3 de noviembre buscará ser reelecto al frente de la Casa Blanca.