Mientras en el límite con Colombia se produce una lucha de conciertos, la frontera de Venezuela con Brasil, que Nicolás Maduro ordenó cerrar sufre la violencia de la represión policial. 

En la región de Gran Sabana, limítrofe con Brasil, las Fuerzas Armadas Bolivarianas asesinaron a dos personas, ambas de ascendencia indígena. 

Según informó el diputado opositor Américo De Grazia, la mujer asesinada era una vendedora de empanadas que murió a causa de una bala perdida. 

Horas más tarde, el legislador confirmó otra muerte, también de un indígena, producto de la violencia ejercida por la Guardia Nacional Bolivariana para impedir el ingreso de ayuda humanitaria. 

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En ese sentido, el dirigente opositor Alfredo Ramos escribió en su Twitter que el gobierno venezolano planeaba responsabilizar a De Grazia por la muerte de los indígenas y así detenerlo, con un modus operandi que utilizó para detener a Leopoldo López años atrás. 

A pesar de que está cerrada por orden de Maduro, Guaidó lo contradijo y pidió hoy que la misma sea abierta, según las atribuciones que entiende la Constitución le permite.