La fiscal Claudia Ríos se sorprendió al escuchar el insólito pedido que le hizo Gilad Pereg, el ex soldado israelí de 36 años, acusado por el crimen de su madre y su tía, Pyrhia Sarusi y Lily Pereg, en la ciudad de Mendoza. "Quiero ver si es el cuerpo de mi madre", dijo el hombre en la sede de la Fiscalía y su pedido fue rechazado de inmediato.

Le respondieron que no podía hacerlo, por su condición de imputado, y que los cuerpos ya habían sido entregados por la Justicia para que sus familiares puedan llevarlos a Israel. 

El acusado fue trasladado desde la cárcel de San Felipe hasta la Unidad Fiscal de Homicidios, donde fue notificado de un cambio en su imputación, ya que el crimen de su tía Lily Pereg, de 63 años, se caratuló ahora como homicidio agravado por el uso de arma de fuego, tras probar que había sido atacada con tres disparos. 

Si bien la pena del nuevo delito es más alta, Pereg está imputado por homicidio agravado por el vínculo en el caso de su madre, Pyrhia Sarusi, de 54 años, que contempla la pena de prisión perpetua.

Después de escuchar la nueva acusación en su contra, el israelí se negó a declarar y volvió a sorprender con otro pedido extraño: preguntó por sus gatos y reiteró que quiere que se los lleven a la cárcel. Las autoridades judiciales le explicaron que eso tampoco sería posible y le aseguraron que los animales estaban bien en un refugio.