Estando a 96 días de las elecciones presidenciales que tendrán a Donald Trump y Joe Biden como aspirantes del Partido Republicano y Demócrata, respectivamente, el actual mandatario de los Estados Unidos abrió el debate sobre la posibilidad de que efectivamente el martes 3 de noviembre se realice el llamado. 

"Con la votación universal por correo (no la votación en ausencia, lo cual es bueno), 2020 será la elección más INACTIVA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. Retrasar la elección hasta que las personas puedan votar de manera adecuada y segura???", marcó Trump desde su cuenta de Twitter. 

Lo cierto es que si bien el presidente publicó seguidamente un video en el cual apunta sobre la no fiabilidad del sistema de correo, de momento no ha habido evidencia alguna que respalde este planteo. 

De hecho, votar por correo comenzó a implementarse en las polémicas elecciones del año 2000 cuando George Bush hijo fue reelecto ante la candidatura de Al Gore. 

Desde entonces, el Estado norteamericano informó que ha proporcionado más de 100 millones de boletas por correo a los votantes, registrando un total documentado de 12 casos de fraude.

En adición a este punto, la ley federal marca por un lado, que las elecciones para presidente, senadores, gobernadores y representantes de los Estados Unidos deben ser "el martes siguiente al primer lunes de noviembre", en tanto que si se desea cambiar la normativa, debería tener trámite parlamentario. 

Por el otro, la vigésima enmienda, precisa que "los términos del Presidente y el Vicepresidente finalizarán al mediodía del día 20 de enero ". Por lo tanto, incluso si las elecciones se cancelaran de alguna manera, Trump y su vicepresidente Mike Pence deberían abandonar la Casa Blanca. 

Osea que es el Congreso el que fijó la fecha de las elecciones a la Cámara y al Senado para "el martes próximo después del primer lunes de noviembre ", por lo que ni Trump ni ningún otro representante estatal tiene facultades de alterar ese llamado. 

Una mirada lineal puede pensar que la intención de demorar las elecciones puede tener que ver con la posibilidad de obtener una vacuna segura frente al coronavirus, distribuirla con rapidez en la población norteamericana y esperar el efecto electoral de esa maniobra. 

Con esa alternativa un tanto más inestable, lo que sí puede hacer el mandatario, y restará saber de hecho si profundiza o no este proceso, es comenzar a marcar la posibilidad de fraude como antecedente de lo que sería una eventual derrota frente al candidato demócrata Joe Biden. 

Por lo pronto, la Universidad de Notre Dame, que iba a albergar el primer encuentro entre Donald Trump y Joe Biden, se negó a hacerlo. Y ahora se verán cara a cara por primera vez en el campus de la Clínica Cleveland el próximo 29 de septiembre.