Finalmente, a pocas horas de las elecciones del martes 3 de noviembre, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cumplió con su amenaza de la noche electoral, cuando se declaró ganador y presentó demandas en los Estados Pensilvania y Michigan, además de pedir que se cuenten de nuevo los votos en Wisconsin.

Lo cierto es que es esperable que el voto por correo termine por dar los 270 votos electorales que Joe Biden necesita para resultar electo Presidente. De momento ya tomó la delantera en Michigan y Wisconsin. Además, si perdiera el Estado de Pensilvania, tiene en Georgia, Carolina del Norte, Nevada y Arizona alternativas para sumar electores.

También es esperable que la diferencia entre que Biden gane y Trump finalmente lo reconozca de manera formal sea lo que sigue en esta elección. Acá entran la institucionalidad y los alcances de la democracia del país para saber si esto se prolongará en el tiempo, con los riesgos esperables en ese sentido, o se corta de raíz. 

¿Cómo podría pasar esto último? Con que la Corte Suprema desestime los pedidos de Trump, con que la eventual derrota y pedido de recontar votos sea en varios Estados y eso le quite peso al reclamo, con la palabra de referentes del Partido Republicano reconociendo una más que posible derrota, etc.

De momento la campaña de Trump afirmó que se presentaría una demanda en Michigan para detener el conteo, mientras persigue sus demandas de un mejor acceso para los observadores que envió para monitorear las juntas electorales en busca de signos de malversación en el conteo de boletas.

En las últimas horas, el equipo del mandatario sumó al Estado de Georgia en su lista de objetivos legales, buscando una orden judicial que imponga plazos estrictos en lo específico dentro del condado de Chatham. La demanda es de aproximadamente 53 votos, y otro caso en Pensilvania es de menos de 100. 

Por su parte, en Wisconsin, que junto con Michigan fue oficializado como victoria demócrata por Joseph R. Biden Jr., la campaña del presidente anunció que solicitaría un recuento.

Las demandas parecían tener la intención, al menos en parte, de dar cierto peso legal a una pelea que Trump ha llevado a cabo en gran medida en Twitter y amplificado durante una aparición nocturna en la Casa Blanca, donde afirmó falsamente haber ganado y afirmó sin evidencia que sus oponentes intentaban robar las elecciones.

Con Biden en una posición fuerte y la tendencia de conteo a su favor, las posibilidades de que el resultado se determine en la corte disminuyeron en las últimas 24 horas.