El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llegó a nuestro país por menos de 24 hs donde se espera que se firmen nuevos acuerdos comerciales. Entre estos se espera un nuevo entendimiento sobre biocombustibles, que falta ver si tendrá algún tipo de exención impositiva ya que se trata de ecofriendly. 

Las oposiciones, como las del secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, dicen que “es un costo tributario para una Nación que está quebrada”. “Hoy es más barato porque hay una asimetría tributaria”, dijo Lopetegui, quien agregó: “No pagan los mismos impuestos el combustible fósil que los biocombustibles. Que en libre competencia, en igualdad de tributación, compitan, no tengo ningún problema”.

En el sentido contrario, y apostando a la energía verde, el presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, consideró que hay que tener en cuenta dos cuestiones: las externalidades y los impactos en la economía.

“Las bioenergías pertenecen a una cadena con aportes fiscales. Hay que hacer bien las cuentas y hay que agregar lo ambiental; el mundo está potenciando el uso de biocombustibles, porque tiene una mirada que va a temas más trascendentes que el valor”, consideró en dialogó con La Voz.

En este sentido, la evaluación que realiza Zubizarreta tiene que ver, no sólo con la cuestión impositiva sino también con la creación de puestos de trabajo, la generación de un producto con valor agregado, al acceso a nuevos mercados para colocar mejor la producción agropecuaria y la, no menor, situación ambiental.

La mayor preocupación radica en que si se no se aplican exenciones fiscales y se le cobra los mismos impuestos que a un producto fósil, el precio de los biocombustibles será más caro y terminará impactando en los precios de las naftas y el gasoil.

En la Argentina, las naftas contienen un corte del 12 por ciento de bioetanol y el gasoil un 10% de biodiesel. El etanol es una mezcla de la nafta (fósil) y el alcohol, que se genera con caña de azúcar y maíz a partir de un proceso químico. En el caso de pasar a una tasa de corte de etanol del 15 por ciento, el país se acercará a la matriz energética de Brasil, que es un gran productor de biocombustibles (uso más alto de alcohol en la nafta).

En Brasil, las estaciones de servicio hay surtidores en los que la nafta tiene un 27,5% de bioetanol y otros con biocombustible puro. El corte de etanol en las naftas subirá progresivamente hasta 40% en 2030. En cambio, el porcentaje de biodiesel en el gasoil es de 11% y subirá 1 punto por año hasta 15% en 2023.