En las últimas horas el uruguayo Luis Almagro, Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, debió suspender una charla sobre “Democracia y Desarrollo” en una universidad privada en Asunción.

El motivo tuvo que ver con la manifestación de diferentes grupos de estudiantes autoconvocados quienes repudiaron la presencia del titular del organismo interamericano tras tildarlo de “golpista”. 

La consideración, apuntalada con consignas como "Almagro, tus manos tienen sangre boliviana", responde a las consideraciones que el Secretario General ha tenido en las últimas jornadas sobre el golpe de Estado transitado en el Estado Plurinacional de Bolivia. 

“¿Golpe de Estado en Bolivia? Sí, ocurrió el 20 de octubre cuando se cometió el fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del ex Presidente Evo Morales en primera vuelta”, precisó Almagro desde su última intervención en la OEA. 

A raíz de esto es que un grupo menor de estudiantes se pronunció “en contra de alguien tan degradante y terrible para Latinoamérica como es Almagro”. 

“Estamos firme, somos solidarios con el pueblo de Bolivia y todos los pueblos de América Latina”, definieron los jóvenes presentes en la sede de la Universidad del Pacífico.  

Lo cierto es que, a contramano de los formalismos propios a la diplomacia y la política internacional, la figura de Luis Almagro genera resistencias y su retórica así lo confirma. 

Como antecedente a la crisis que atraviesa en este caso Bolivia, el referente del espacio regional ha tenido una deslucida participación en el asunto Venezuela, generando cortocircuitos y aislando al país caribeño de una resolución conjunta e institucional del caso.