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"Gracias al policía estamos vivos", dijo el chofer del colectivo asaltado

Dos delincuentes subieron a un colectivo de la línea 100 y mataron a un policía federal y a un pasajero. El conductor contó que los asaltantes "subieron a matar por gusto".

"Gracias al policía estamos vivos", dijo el chofer del colectivo asaltado

Pablo Ramírez, el conductor del colectivo de la línea 100 que fue asaltado, aseguró que gracias al efectivo de la Policía Federal están todos vivos. Además, consideró que los delincuentes "subieron a matar por gusto".

"Gracias al policía estamos todos contándola", dijo Ramírez agradeciéndole al oficial Pablo Lagos que fue asesinado tras recibir varios disparos después de darles la voz de alto a los delincuentes que subieron al colectivo el lunes por la noche en el barrio porteño de Barracas.

El conductor contó que cerca de las 23.40 del lunes, dos delincuentes subieron al colectivo sobre la calle Vieytes en Barracas y gritaron: "Bueno, están todos regalados" y uno empezó a disparar. "Subieron a matar por gusto porque no puede ser que hicimos apenas cinco metros de recorrido y ya empiecen a disparar", dijo en radio La Red.

Al escuchar los disparos, Ramírez se agachó con el colectivo en marcha y cada vez que sentía una detonación se tocaba para saber si lo habían herido. "No sabía qué hacer, abrí la puerta, saltó el primero y la volví a cerrar porque pensé que bajaron los dos. El otro me apuntó y me pidió que abra y la puerta no se abría con el colectivo en marcha", relató.

Los delincuentes solo se llevaron el arma del oficial Lagos, no se robaron nada más.
Con el policía gravemente herido, Ramírez continuó el trayecto hasta el Hospital Argerich y cuando pasó por la comisaría  vecinal 4D de Barracas, frenó el vehículo y pidió ayuda a los policías. Los efectivos de la Policía de la Ciudad subieron a Lagos a un patrullero y lo llevaron al Hospital Churruca, pero llegó sin vida.

El conductor del colectivo contó que nadie se había dado cuenta de que había otro herido de bala, el barrendero Juan Roberto Bonifacio (34). "Él bajó conmigo, se quedó en la puerta y se desplomó. Pensamos que tenía convulsiones. La ambulancia vino a los cinco minutos y se lo llevó al hospital. Después nos enteramos que se murió", contó y agregó: "Si sabía que estaba herido, seguro seguía hacia el Argerich, pero nadie lo sabía".

Ramírez dijo que uno de los delincuentes tenía cerca de 45 años y el otro entre 25 y 30. Sobre lo que vivió recordó que en los 13 años que lleva como chofer de la línea 100 “solo una vez” había sufrido un robo “pero nunca así como hoy”.