Unidades de la Guardia Nacional y el Ejército de los Estados Unidos fueron enviados al norte de California para hacer frente a los que ya son el segundo y tercer incendio más grandes en la historia del estado y cuya magnitud excede a los efectivos disponibles.

Hasta el momento, unas 530.000 hectáreas han sido alcanzadas por las llamas, cuando el año pasado para estas fechas eran unas 105.000 las que arrasaron cientos de hogares y causaron la evacuación de decenas de miles de residentes.

Es por ello que los de momento cerca de 14.000 bomberos que están en la primera línea de los incendios no son suficientes para las labores de extinción, llevando esto a tener que decidir sobre las áreas con mayor prioridad para internar salvar. 

De momento la Guardia Nacional movilizó una dotación de helicópteros y desplegó a cerca de 250 efectivos, mientras que el Ejército envió varios aviones C-130 especialmente equipados para actuar como aviones cisterna.

Se prevé que la situación empeore los próximos días, ya que el Servicio Meteorológico Nacional alertó que se avecinan tormentas eléctricas y fuertes vientos que ayudarán a la rápida propagación del fuego.

Por su parte el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que la Casa Blanca había aprobado la petición estatal de una declaración presidencial de desastre mayor, para reforzar la respuesta de las autoridades locales a los incendios forestales.

No es solo el tamaño de los incendios lo que preocupa sino que además algunos de los incendios se producen en áreas costeras que no se queman muy a menudo, con lo que se amenaza las emblemáticas secuoyas del estado.

Los incendios fueron provocados por una tormenta eléctrica masiva a principios de esta semana en muchas partes del estado, pero se concentraron en el Área de la Bahía de San Francisco.

Los incendios forestales no son nada nuevo para esta extensa zona, sin embargo, los de esta semana se destacan por su escala, tiempo, ubicación e intensidad, incluso entre temporadas de incendios recientes que batieron récords.

En adición a este punto, el estado ha sido arrasado por una ola de calor récord, con varios días seguidos de altísimas temperaturas.