La madrugada del sábado 18 de enero, un grupo de rugbiers golpeó brutalmente a un joven de 18 años en la puerta del boliche Le Brique (Villa Gesell). No lo pudieron reanimar y falleció minutos después, en una clínica de la zona. Era Fernando Báez Sosa, y había ido a bailar con unos amigos.

El crimen despertó una ola de repudio social que desmanteló una trama machista y de desigualdad de clases. La presión mediática fue tal que la Justicia comenzó a mover los hilos y en las últimas horas la fiscal que lleva la causa solicitó la prisión preventiva para los rugbiers.

Verónica Zamboni solicitó al juez de Garantías de Dolores, David Mancinelli, la medida cautelar para ocho de los diez acusados, y además, la liberación de los dos restantes: Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino.

Si bien la fiscal considera que "de ninguna manera quedan desvinculados" del proceso -debido a que aún faltan otras medidas de prueba- Milanesi y Guarino no fueron reconocidos por testigos ni en las imágenes como partícipes de la pelea.

Tras darse a conocer el pedido de Zamboni, Graciela Sosa, la madre de Fernando, hizo declaraciones a una rueda radial donde reiteró su dolor por la muerte de su hijo y expresó sobre la medida: "Me cae un poco pesado. Deberían darle preventiva a los diez, porque para mí todos son cómplices".

"No es justo lo que le hicieron. Pido a Dios y a la gente que se haga Justicia y que esto no quede impune", cerró. 

Las palabras de Graciela llegan luego de que se difundieran los chats entre los rugbiers posteriores a la pelea en la que terminaron con la vida de Fernando.