Como un recurso para sostener la unidad del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández volvió a confrontar con Mauricio Macri y a hablar de la "pesada herencia" que recibió cuando asumió el Gobierno en 2019. Para encontrar el origen de este giro discursivo, hay que remontarse a la última gira europea del jefe de Estado.

Durante sus primeros días en el viejo continente, Fernández sorprendió a propios y extraños con declaraciones contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien días antes había criticado el rumbo del Gobierno nacional. “Tiene una mirada parcial, que desatiende que vivimos una pandemia”, dijo Fernández al diario El País de España. Envalentonado, hasta se animó a lanzar su candidatura a la reelección.

Sin embargo, rápidamente volvió sobre sus palabras. Dijo que, en realidad, nunca había confirmado su candidatura a la presidencia, acusó al periodismo de querer enfrentarlo con Cristina y remarcó que su enemigo “es Macri”. A partir de ahí, comenzó una seguidilla de declaraciones contra el ex presidente, la “derecha maldita” y, ahora, “los ladrones de guante blanco”.

Al mismo tiempo, una reivindicación de viejas peleas del kirchnerismo con el campo, Estados Unidos y los medios de comunicación. El mandatario defendió las retenciones, pese a desprenderse de Roberto Feletti, un funcionario que propuso avanzar con esta medida, y sostener a otros que la rechazan, como los titulares de Economía y Agricultura, Martín Guzmán y Julián Domínguez, puso en duda su asistencia a la Cumbre de las Américas -finalmente asistirá-, en repudio a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela por parte de Estados Unidos, país organizador, y apuntó contra los medios de comunicación “que le intoxicaron la cabeza a los argentinos”.

El albertismo intenta acercar posiciones con el ala kirchnerista. "Recuerden que cuando nos dividimos, ganó Macri", repite Fernández. La relación entre ambas facciones se quebró con la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El Presidente se niega a ceder ante las demandas del kirchnerismo, que centra sus críticas en la política económica, pero entiende, tal como admitió en Europa, que la interna paraliza la gestión.

¿Sirve un ‘enemigo común para sostener la unidad? Es cierto que las críticas a Macri es uno de los pocos puntos donde coinciden todos los actores de la coalición gobernante. Pero hay que recordar que el ex presidente utilizó una estrategia similar durante su gestión. En ese momento, la amenaza era Cristina. La ex presidenta, entonces, volvió al Senado -aunque fue derrotada en la provincia de Buenos Aires- y, finalmente, al gobierno.

Como escribió Arthur Conan Doyle, todas las cosas se producen en ciclos. Todo ha sido hecho antes y todo se repetirá después.