María Teresa es mendocina y jubilada. Pasó cuatro meses de su vida en cama por un problema de salud. Este último tiempo había tomado la decisión de reincorporar a su rutina la actividad física -para endurecer los músculos- por eso agarró su bicicleta y salió a comprar bollitos de pan. 

El local estaba cerca de su casa así que decidió no llevar casco, pero luego de hacer dos cuadras la Policía la detiene y le advierte que era una infractora de la ley, por no llevar protección y las luces reglamentarias correspondientes y que la iban a sancionar. 

Ambrosini recibió una multa de $14.250. Por pago voluntario tenía un descuento del 40% ($8.550), que fue la suma que terminó desembolsando e el banco. 

"Fueron los dos bollitos más caros de mi vida", bromeó. 

"Vivo al día y tenía que irme a San Juan, porque a mi hija se le vencía el contrato del departamento y tenía que ir a firmar unos papeles. La plata para pagar me la prestó un vecino", explicó María Teresa.

"Yo no sabía lo del casco y las luces, si había estado como cuatro meses sin salir", se excusó la mujer.