La semana pasada, el presidente Alberto Fernández esperó hasta último momento por su aprobación en Diputados, pero el oficialismo no logró juntar los votos necesarios. La "ley pandemia" quedó, una vez más, trabada por las diferencias entre el Frente de Todos y la oposición.

El proyecto busca regular las restricciones y evitar, así, episodios como el de abril, cuando el Gobierno porteño judicializó el DNU que lo obligaba a suspender las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires. De este modo, todas las provincias aplicarían las restricciones según los parámetros sanitarios estipulados por el semáforo epidemiológico que describe el DNU 287, prorrogado el último sábado.

La iniciativa oficialista recibió dictamen favorable el jueves pasado en la Cámara de Diputados, pero el FdT no logró juntar los 129 votos necesarios. Los bloques opositores (excepto Unidad Federal para el Desarrollo) consideran que la ley es inconstitucional y, por lo tanto, no están dispuestos a acompañar.

"Veo difícil" su aprobación, reconoció Pablo Yedlin, titular de la Comisión de Salud de la Cámara Baja. Mientras tanto, adelantó, el Gobierno se seguirá manejando con decretos de necesidad y urgencia, tal como el que extendió, hasta el 25 de junio, el sábado pasado.

"Vivimos en una sociedad muy politizada en un año electoral. La ley fue un pedido de la oposición y termina siendo al final imposible de sacar porque la oposición no quiere acompañar", indicó, en diálogo con la 990.

No obstante, planteó que "quizás, no necesitemos la norma", ya que, expresó, apuestan a que el panorama mejore y la pandemia empiece lentamente a dar un respiro gracias al plan de inmunización.

"Se empieza a ver, a lo lejos, el final" de la pandemia, manifestó.