Luego de su visita a Argentina, los elogios de ciudadanos argentinos cuando rompió el protoclo para pasear por avenida Santa Fe y la buena sintonía con Mauricio Macri, Emmanuel Macron se encontró con una enorme crisis en su propio país.

Las masivas marchas de chalecos amarillos, que sin una identificación definida y una mezcla entre nacionalistas y revolucionarios, pusieron en jaque a su gobierno, el presidente francés debió activar medidas de contingencia para aliviar el estado de rebelión de los ciudadanos.

Las medidas anunciadas por Macron son varias: como Macri, solicitará a los empresarios franceses que paguen un bono a los trabajadores; aumentará 100 euros el salario mínimo y reducirá impuestos.

Las reducciones impositivas serán en el pago de horas extras, las cuales no estarán abarcadas por las cargas, algo que estaba previsto para septiembre de 2019, pero que se adelantará a raíz de la crisis. 

Los jubilados galos, por su parte, recibirán la exención del impuesto de la contribución social generalizada.

"Queremos una Francia donde podamos vivir dignamente del trabajo", sostuvo Macron en la conferencia que brindó hoy por la noche europea.

Asimismo, el presidente francés comprendió a quienes se manifestaron con "reivindicaciones legítimas", pero criticó los hechos de violencia sucedidos en las últimas semanas.