Las circunstancias que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela han despertado diversas posturas ante el atípico escenario de un país que cuenta, en adición a Nicolás Maduro, mandatario electo en los comicios del pasado 20 de mayo, con la figura de Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional y quien se percibe a si mismo como presidente.

En este sentido, en las últimas horas el bloque de mayor peso europeo ha concretado sus amenazas y tras el rechazo de Maduro a convocar elecciones, decidieron reconocer a Guaidó como jefe de Estado.

Con este pronunciamiento, y en adición a diversos países que minuto a minuto van “oficializando” su postura, son al momento 43 los países que han reconocido de manera tácita este escenario, en tanto que 14 son los Estados que manifestaron su apoyo a Maduro y otros 5 que plantean un llamado al diálogo.

Ya sea de manera oficial, mediante redes sociales o la firma de declaraciones conjuntas, los representantes de la altas esferas políticas se han pronunciado al respecto y profundizan el rechazo internacional que en términos generales las principales potencias del mundo sostienen sobre Maduro.

La realidad marca su propio pulso y los formalismos, e incluso las legislaciones de los países, quedan atrasadas respecto de la dinámica existente en el mundo 3.0 donde un tweet supera en términos de impacto a cualquier procedimiento institucional.

No obstante, si se considera que desde las Naciones Unidas se reconocen a 195 Estados (comprende a los 193 que son estados miembros de las Naciones Unidas y los casos de la Santa Sede y Palestina), lo cierto es que hay una gran mayoría de países que no se han pronunciado al respecto.

Es ahí donde el apoyo o no a Guaidó es subjetivo. Si bien es innegable el respaldo tácito que el Gobierno de Donald Trump y Europa sostienen hacia el líder de la Asamblea Nacional, también existen grises sobre lo que el reconocimiento o no de un gobierno implica.

En términos generales, los países que apoyan a Juan Guaidó como presidente de Venezuela no han roto sus relaciones con la administración de Maduro. No retiran su cuerpo diplomático ni dejan de exportar e importar bienes y servicios, entre otros puntos.

El escenario coyuntural que atraviesa nuestra región dista mucho de aquel que marcara el comienzo de siglo en América Latina. Encolumnados en el Grupo de Lima, los sucesos de las últimas semanas profundizaron el hostigamiento al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro desconociendo su mandato e imponiendo sanciones económicas y políticas.

Este jueves se reunió el “grupo de contacto” por una solución pacífica en Venezuela donde, nucleados en Montevideo, representantes de América Latina y Europa se plantean una salida de diálogo a la crisis que atraviesa el país caribeño. Argentina, al igual que Chile, no participaron de la reunión que tuvo al presidente Tabaré Vázquez como anfitrión.

El Papa Francisco ha manifestado que en caso de que ambas partes lo soliciten, no tendría reparos en presentarse como mediador. Al momento tanto Maduro como Guaidó han dado el visto bueno. Sin embargo, el conflicto no pareciera estar en un estado donde la negociación sea viable. 

Finalmente, así como se presenta el futuro de Venezuela, nos quedan interrogantes: ¿Cómo responderán las fuerzas armadas a la presión iniciada desde el discurso de Guaidó?, ¿cuál será el costo para Maduro de desestimar el apoyo humanitario provisto por los mismos que lo quieren fuera del poder?, ¿qué será de Guaidó si las presiones internas aumentan?.