Con algo más de 9 millones de habitantes el Estado de Israel venía estando en las principales planas del mundo por su pronta campaña de vacunación contra el coronavirus, que si bien figura bastante estancada, fue efectiva en reducir la circulación del virus (14 casos y 2 muertos promedio diario en la última semana). 

Lo cierto es que el 23 de marzo el país fue a la cuarta elección en los últimos 2 años y quien hasta el día de ayer era el primer ministro, Benjamin Netanyahu, no logró en ninguno de esos casos la mayoría de 61 asientos de los 120 que conforma la Knesset, el parlamento nacional. 

En la antesala a lo que se estimaba sería una quinta elección, finalmente Yair Lapid, periodista y segundo candidato más votado en esas elecciones, anunció que logró formar Gobierno en Israel, luego de semanas de negociaciones para sellar una heterogénea y amplia coalición.

El acontecimiento tuvo lugar a partir de lo convenido por los dos principales líderes de esta alianza, que según lo convenido, se rotarían en el rol de primer ministro durante el próximo mandato son Yair Lapid y el referente del movimiento religioso nacionalista Yamina, el multimillonario Naftali Bennett.

La coalición incluirá también a los ultranacionalistas Yisrael Beytenu de Avigdor Lieberman y Nueva Esperanza de Gideon Saar, el más moderado Azul y Blanco del actual ministro de Defensa Benny Gantz, el Laborismo y Meretz, dos fuerzas consideradas de centro-izquierda y al partido islamista palestino Raam.

En el día de ayer asumió funciones Naftali Bennett que aunque su espacio,Yamina, quedó en quinto lugar en las elecciones con solo siete escaños, su apoyo era fundamental para que cualquier posible gobierno de coalición tuviera la mayoría en el Parlamento.

La gran incógnita ahora no solo es cómo esta posible coalición de Gobierno conciliará todas las condiciones e intereses en conflicto que tiene dentro, sino además cómo se distribuirán los ministerios del gabinete.

Su único punto de encuentro es la contraposición sobre la figura de Netanyahu, quien llegó por primera vez al poder hace 25 años y gobernó de 1996 a 1999, antes de ser reelecto en 2009, desde cuando ejerció como primer ministro hasta el día de ayer. 

Tanto Bennett como Lapid, el verdadero gestor de esta alianza, encarnan un cambio generacional en la política israelí y según lo convenido, rotaran en el puesto dentro de poco más de dos años. En septiembre de 2022, Bennett dejará de ser premier y pasará a serlo Lapid.