Rubén Vicente pescó un delfín "Franciscano", una especie declarada Monumento Natural, de máxima categoría de preservación. Mientras que el mamífero agonizaba lo subió a la parrilla del cuatriciclo, le sacó fotos, lo llevó a su casa, se lo comió y tiró los restos al mar.

La historia no quedó ahí. Rubén subió las fotos a su Facebook, una vecina de la zona -Gabriela Vaskoboinik- las compartió "para que se tome conciencia de que está en peligro de extinción" y las imágenes se viralizaron. Rubén borró las fotos e intentó recomponer la situación con sus declaraciones, pero ya era tarde. Las autoridades y organismos ambientales ya estaban rumbo a su casa para corroborar la situación.

"Fui a pescar como siempre y después de un rato tuve un pique grande. Peleé un rato y después de 40 minutos apareció cerca de la orilla. No estaba bien y al final lo saqué. Pegó coletazos y traté de tirarlo al agua pero encaró para la orilla otra vez. Traté de dejarlo y tirarlo al agua dos veces, pero pasaron 10 minutos y seguía ahí, así que me lo llevé”.

“A mí me hizo mal esto. Yo tendría que haber venido escondido y dejarlo tirado, pero ya está. Lo comí y los restos los tiré al mar”.

Al respecto Martín Boccacci, subsecretario de Planificación Ambiental del OPDS, afirmó que “el delfín Franciscana es una especie en peligro de extinción protegida en la provincia de Buenos Aires y declarada Monumento Natural, que es la máxima categoría de preservación”.

Además explicaron que la multa que aplicarán “puede llegar a un millón de pesos” y detallaron que en las próximas horas se dará intervención al área de Fauna de Nación.

Cada año mueren entre 500 y 800 delfines al ser atrapados por las redes en la provincia de Buenos Aires, y unos 2.000 en toda su área de distribución.