Un ajuste de cuentas por narcotráfico. Una venganza. Un secuestro. Un crimen intrafamiliar. Todas esas hipótesis comenzaron a ser exploradas desde la desaparición de Sheila Alejandra Ayala, de diez años, el último domingo en San Miguel.

El hallazgo de su cuerpo, desprovisto de ropa, en el interior de una bolsa de residuos descartada tras un muro cerca de la casa de sus tíos, hace creer a los investigadores que se trató de un asesinato para ocultar un abuso sexual. Y que la víctima conocía a los autores.

Consultado sobre el hecho, el criminalista Raúl Torre avaló la hipótesis de un delito contra la integridad sexual. "Ya el sólo hecho de que la víctima aparezca sin ropa marca que hubo una tentativa o se concretó el delito sexual, eso va a corroborar en la necropsia médico-legal".

El experto sospecha de que tanto el tío como la tía de Sheila habrían participado del crimen. "Mi percepción es que aquí hubo una coautoría: los elementos están indicando que fue la mujer quien se llevó a la niña. Eso muestra un acto de preparación. Y estamos ante un hecho desorganizado, donde la muerte se ha precipitado", indicó.

El investigador forense observó en diálogo con el canal C5N que fue la propia familia, en su controversia, la que instaló que "dentro de su ceno podrían estar los responsables de la desaparición de la niña, primero, y ahora confirmamos el asesinato". 

La autopsia al cuerpo de la niña comenzará hoy después del mediodía.