El Trump brasilero y el Bolsonaro norteamericano ya tienen su foto juntos. En el día de ayer los mandatarios se dieron cita en la ciudad de Washington, destino elegido por Jair Messias para iniciar oficialmente su gira por el exterior.

“Dejamos Estados Unidos con la sensación de la misión cumplida. Avances importantes en el área económica, de seguridad y de política externa, así como la consolidación del nuevo camino de fuerte amistad entre Brasil y Estados Unidos”, sostuvo Bolsonaro desde su cuenta personal de Twitter.

Entre camisetas de fútbol y cumplidos de ambos lados, en el día de ayer parecería haber comenzado una nueva etapa en las relaciones entre estos países, escenario complejo para Brasilia si entendemos las implicancias de ser “aliado norteamericano”.

Es decir, ir de la mano de los Estados Unidos de Trump supone entre otros puntos la contención del expansionismo chino y la búsqueda de profundizar las tensiones con Venezuela, contemplando en ello la vía militar.

En cuanto al primero de los puntos, si bien el canciller brasilero, Ernesto Araújo, se refirió a Trump como “el salvador de occidente”, al mismo tiempo se refirió a la globalización como un “sistema anticristiano” fogoneado entre otros por China. El inconveniente de esto es que es justamente China el principal socio comercial de su país.

Sobre la crisis en Venezuela existen grises en la postura. Ambos rechazan al gobierno de Nicolás Maduro y han reconocido a Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional, como mandatario interino de la República Bolivariana.

Sin embargo, al momento Brasilia no ha dado señales de contemplar una intervención militar en el país caribeño, algo que Trump y partes fundamentales de su equipo han reiterado en oportunidades.

En cuanto al encuentro en cuestión, al menos desde lo declarado, han primado los consensos. Brasil buscaba en esta visita el apoyo de los Estados Unidos para ingresar a la OCDE, así como una serie de convenios económicos para poder comprar material militar a mejores precios.

Del lado norteamericano, el principal interés estuvo orientado a que las empresas puedan hacer uso de la base militar utilizada en el Estado de Maranhão para desde allí poder lanzar satélites comerciales.