"Si algo no consiguieron es doblegarme anímicamente", sostuvo con tono desafiante el abogado e historiador Gustavo Rivas después de escuchar la sentencia en su contra por "promoción de la corrupción y de la prostitución de menores de edad". Por ello, un Tribunal de Gualeguaychú lo condenó a ocho años de prisión, aunque por ahora no irá a la cárcel.

"Rivas convirtió a esos niños en sus fetiches en sus objetos de placer para alcanzar su propia satisfacción sexual", concluyeron los jueces.

El "ciudadano ilustre de Gualeguaychú" fue llevado a juicio por diez casos, pero la condena fue sólo por uno, ocurrido en 2010.

En un caso no se pudo probar la responsabilidad de Rivas, en otro el Ministerio Público Fiscal no acusó, y en el resto se lo encontró culpable, pero se aplicó la prescripción del delito por el tiempo transcurrido, decisión que será llevada a la Cámara de Casación.

Una vez finalizada la lectura del veredicto, al dejar la sede judicial, el abogado aseguró ante medios locales que sigue siendo el mismo y que "he sido el más respetuoso de la justicia".

Rivas insistió en hablar de "supuestas víctimas" y al ser consultado concretamente sobre el único caso por el que fue condenado, respondió que "nunca en mi vida entró a mi casa, nunca lo vi".

"Ahora me voy a casa a seguir trabajando y disfrutar de mi libertad", dijo el abogado que llegó al juicio acusado por 12 casos de abuso sexual a menores.

• El Tribunal decidió "no hacer lugar a la prisión domiciliaria" y determinó "la libertad del imputado durante el trámite procesal".
• No podrá salir del país, deberá presentarse en la Jefatura Departamental de Policía dos veces por semana y pagar una caución de 2 millones de pesos en las próximas 48 horas. 
• La sentencia sostiene que fue autor de "actos sexuales orales y de penetración por un extenso lapso de tiempo, iniciados entre los 12 y 13 años del menor".