En lo que seguramente haya sido la jornada más amarga desde que asumiera funciones el 24 de julio del año 2019, el primer ministro británico, Boris Johnson, acudió al Parlamento por primera vez desde que se conociera el escándalo de las fiestas privadas organizadas en pleno confinamiento nacional.

Y aunque pidió disculpas por la “impresión” que pueden haber dado las imágenes publicadas en las últimas semanas, Johnson reafirmó que las mismas estaban vinculadas a su agenda laboral y no a un festejo privado.

“Salí al jardín para agradecer al personal su trabajo durante esos meses y después de 25 minutos, volví a mi despacho. Ahora entiendo que debí ordenar a todos que volvieran dentro y buscar otro modo de darles las gracias”, comentó el ex alcalde de Londres.

Sin embargo, esto no fue tomado en serio por el Partido Laborista, que bajo la figura de Keir Starmer, cuestionaron duramente a Johnson.

“¿Cuál es su defensa? Que no sabía que se trataba de una fiesta. Es tan ridícula que resulta ofensiva para los ciudadanos ¿Cuándo va a hacer lo único que es decente: dimitir?”, se preguntó el líder opositor.

Muchos diputados conservadores (parte del partido del primer ministro) habían reclamado en la antesala a la presencia de Johnson en la Cámara de los Comunes, que el primer ministro pidiera disculpas de manera contundente para evitar una rebelión al interior de su propio partido.

De esta manera es que gana peso la postura del Comité 1922, el grupo parlamentario que concentra a los diputados conservadores sin representación en los ministerios, el cual ya informó que empezaron a recibir cartas que solicitan una moción interna de confianza contra Johnson.

Según las costumbres de la Cámara, cuando la dirección del comité recibe un total de 54 textos en esa línea está obligada automáticamente a convocar la moción.

Esto ya ocurrió en otras oportunidades, como con las ex primeras ministras Theresa May y Margaret Thatcher, quien si bien superaron el desafío, con ese evento comenzó el final de sus carreras políticas.

El número de cartas que se va acumulando es anónimo y no se sabe hasta que el mecanismo de la moción interna se activa. Si bien ese número sobre el cierre del año pasado parecía bastante lejano, con este evento pareciera cada vez más cerca de ocurrir.