Hace unos días ocurrió un hecho bastante curioso a partir de un estudio realizado en una escuela en Estados Unidos.

Resulta que una clase de 136 estudiantes tuvo, de manera separada y asincrónica (por chat) un profesor varón y una profesora mujer. Al final del semestre, los estudiantes calificaron, en las evaluaciones, al ayudante varón de manera positiva mientras que, la ayudante mujer, tuvo cinco veces más críticas negativas.

Hasta acá todo bien. Puede darse que un profesor sea mejor que otra profesora, nadie criticaría eso. Peeero, hay un pequeño detalle: ambos profesores eran la misma persona.

El estudio fue llevado adelante por Emily Khazan, una estudiante de posgrado en ecología interdisciplinaria, y, a la mitad de los estudiantes se le dijo que les iba a ser asignado un profesor varón mientras que, a la otra mitad, se le dijo que se le iba a asignar una profesora mujer.

Dentro de los resultados obtenidos, se reveló que las estudiantes mujeres tendieron a darle un voto negativo a la profesora mujer, mientras que todas ellas dieron votos positivos al falso profesor varón.

"No tenemos una explicación para ello", confirmó Laura Greenhaw, coautora de la investigación. "Realmente necesitamos realizar estudios profundizos en el sesgo intragénero".

Jesse Borden, otro de los autores de la investigación y por quien Emily se hizo pasar para llevarla adelante, declaró: "Como hombre heterosexual blanco cisgénero, reconozco que no soy capaz de comprender realmente este tipo de prejuicios y no los conozco por experiencia personal".