El caso de Kimey conmocionó a todo el país: el pequeño, que apareció sano y salvo, había sido raptado por un hombre de 38 años, en la localidad bonaerense de San Francisco Solano.

Tras el hecho, Horacio Armando Soto se negó a declarar ante el fiscal Alejandro Ruggier, por lo cual deberá seguir detenido, ya que está imputado por delitos de secuestro y abuso sexual.

La carátula de la causa se agravó debido a que las pericias médicas detectaron indicios de abuso en el niño, que generaron la preocupación de las autoridades y la familia. 

El pequeño había estado alrededor de 20 horas desaparecido, y fue encontrado en el departamento donde se aloja el acusado, gracias al llamado de una vecina.

La mamá del niño, cuando se enteró de la noticia, afirmó: "Fue hermoso volver a ver a mi hijo, besarlo todo y ver esa sonrisa otra vez"; además, esta mañana declaró para Canal 13: "No hubo mala intención... Habrá sido una locura (...) Kimey me contó que comió, que durmieron y que jugaron".

Luego, añadió que Soto seguramente "lo vio solo, inocente -al niño- y se lo llevó". Además, se refirió al reencuentro: "(Estaba) muy cansado, un poco asustado, pero bien".