Fue uno de los primeros países que logró contener el brote de coronavirus, a principios de año, cuando la pandemia comenzó a extenderse por todo el mundo. Pero un rebrote lo llevó a ser uno de los países con la tasa más alta de contagios en el sudeste asiático.

Meses después, la situación cambió y, a día de hoy, Singapur podría haber erradicado el Covid-19.

Tras 14 días sin ningún caso nuevo local, el país anunció que extinguió el último brote de casos registrado en una residencia de trabajadores. Los apretados dormitorios de los jóvenes inmigrantes que trabajan por salarios bajos, procedentes principalmente de Bangladesh, India y China, fueron el centro de la espiral de casos de la ciudad-estado a principios de este año.

Los casos registrados durante estas últimas dos semanas se tratan de personas provenientes del extranjero, que inmediatamente fueros aisladas.

Singapur fue uno de los primeros países en reportar un caso de Covid-19 fuera de China, donde el virus apareció por primera vez. Desde entonces, ha registrado más de 58.000 casos, pero casi todos se han recuperado y su tasa de mortalidad es la más baja del mundo, con sólo 28 muertes.

Este martes, Singapur dijo que no tenía ningún brote de contagios en toda la isla desde la pandemia llegó en el país.

Cuando los contagios diarios alcanzaron su punto máximo en abril, la ciudad-estado tuvo la mayor cantidad de casos de la enfermedad del sudeste asiático. Desde entonces, los casos en Indonesia y Filipinas han sobrepasado sus cifras.

Singapur tuvo que imponer un confinamiento de dos meses para frenar la propagación de la enfermedad en abril, y, aunque la vida ha vuelto a la relativa normalidad, el uso de tapabocas es obligatorio, existen estrictas normas de distanciamiento social y las fronteras permanecen en gran medida cerradas.