El personal sanitario de Tailandia, preocupado por la propagación del coronavirus en los bebés recién nacidos, creó una casco con una pantalla facial que cubren toda la cabeza y ya fue puesto en marcha en algunos hospitales para que los niños no se infecten, aunque la influencia del virus sea menor que en los adultos mayores.

En las imágenes difundidas se ve que los niños llevan puesta la mascarilla con las pantallas protectoras colocadas sobre la cara, sujetadas a la frente por una base de distintos colores que lleva el logotipo del centro hospitalario Praram 9, que está ubicado en Bangkok.

Tailandia fue el primer país en detectar el virus fuera de China y es uno de los países asiáticos que menos está sufriendo su propagación. Desde enero se registraron 2.518 casos, 1.013 pacientes se recuperaron por completo y 35 personas perdieron la vida.

Barbijos en las estaciones

El casco para los bebés no fue la única medida que tomó el gobierno tailandés. En Bangkok, han instalado algunas máquinas expendedoras que venden barbijos de tela, confeccionados por presos, a 70 céntimos de euro en las estaciones de tren.

"Queremos evitar el contacto físico y frenar la propagación del virus. Los compradores se sentirán más cómodos y seguros al comprar las mascarillas a las máquinas", comentó Wasin Vannaprugues, director de marketing del Aeropuerto Rail Link.