Pablo Filomeno decidió invertir en bitcoin (BTC) en 2016. En aquel entonces, las criptomonedas no habían alcanzado la popularidad de estos días, menos en nuestro país. Con el precio de la divisa virtual a 700 dólares (hoy cotiza 80 veces más), el oriundo de la localidad bonaerense de Pergamino comenzó a realizar pequeñas inversiones usando la plataforma Bitinka. 

Durante los años siguientes las inversiones de Filomeno alcanzaron la suma de $482 mil pesos: “Cuando el Bitcoin estaba en 7 mil dólares compré un poco más de 2 bitcoins. Luego, con las ganancias que me generaron algunas transacciones comerciales logré llegar a los 3,15 bitcoins”, dijo Pablo al portal Infobae.

En 2018, cuando el Bitcoin llegó a cotizar 20.000 dólares, Filomeno consideró que era una buena oportunidad para retirarse.  Sin embargo, no pudo pasar todo su dinero a la billetera virtual de Ripio, una nueva plataforma radicada en Argentina: "Tampoco pude traspasar los fondos a mi banco para luego hacer la extracción de la plata”, explicó. En consecuencia, se contactó con el soporte de Bitinka y le respondieron que ese problema se debía a que estaban realizando una auditoría interna y que en los próximos días se iba a regularizar la situación. Eso jamás ocurrió.

En un intento de buscar otra forma de contacto con la plataforma, recurrió a las redes sociales de Bitinka y descubrió que había muchísimas denuncias similares de otros usuarios en el Facebook: “En 2019 éramos alrededor de 400 personas las que no podíamos retirar. Pero lo peor de todo es que la empresa empezó a borrar todos esos posteos, por lo que decidí armar un grupo de Facebook para congregar a todos esos damnificados”.

El grupo se llama “Bitinka Estafa” y actualmente nuclea a 219 miembros que se sienten estafados por el CEO de la empresa, Roger Gabriel Benites Quijano; y su directora, Carla Pierina Caballero Cabrera. La suma de todos los damnificados por Bitinka es hoy de alrededor de 1,8 millones de dólares. En el caso de Pablo, le reclama a la compañía de origen peruano alrededor de 180.500 dólares. 

Cuando el escándalo se hizo visible en sitios especializados de criptomonedas, la empresa, que dejó Perú para instalarse en España, emitió un comunicado de prensa a fines de enero de este año donde aseguró que “un grupo de usuarios maliciosos explotaron los errores en las APIs para crear una serie de órdenes de precios fuera de rango de mercado”.

De esta forma, Bitinka asegura que fue víctima de un hackeo. Esto generó inconsistencia en sus balances y tuvo que suspender las cuentas de los operadores afectados y sus servicios de Bróker y Exchange. En efecto, se comprobó que Bitinka fue hackeado, tal como informó Infobae. Pero por el momento los afectados siguen sin tener respuestas.

En respuesta, Filomeno primero presentó una denuncia penal el 19 de febrero de este año ante el Departamento Judicial de Pergamino. Sin embargo, luego reconocería al diario regional La Opinión que la fiscal a cargo desestimó su denuncia: “Un fiscal se tiene que encargar de investigar y ni siquiera se tomó dos minutos para googlear “'Bitinka Estafa'”, criticó.  Ahora busca sumarse a una demanda colectiva que iniciará un estudio de abogados en España especializado en criptomonedas.