¿Se trata de una de las tantas peleas que los artistas tienen por su lugar en la marquesina de una obra de teatro? No. Fue un cruce de chicanas en la política. Pero se le asemeja bastante.

Todo se desencadenó cuando el intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, abandonó el acto inaugural de las playas públicas del Museo Mar realizado el pasado viernes en esa ciudad balnearia, porque no le gustaba el asiento que le habían asignado. "Este no es un lugar digno para un intendente, ustedes hagan lo que quieran, yo me voy a la mierda", habría dicho el funcionario antes de retirarse, quien estaba ubicado detrás de una valla junto al público, los periodistas y algunos de sus ministros.

Consultada sobre esta situación, María Eugenia Vidal contestó: "No sé muy bien lo que pasó porque cuando yo llegué el intendente ya no estaba. La verdad que a mí nunca me importó mucho ni el protocolo ni el lugar que me tocaba ocupar en un acto".

En esa línea, la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires indicó en diálogo con FM Atlántica que "los protagonistas son los marplatenses, son los argentinos que vienen a la ciudad". Y si bien lamentó la actitud de Arroyo, sentenció: "estaba la gente, que es de verdad la que importa, la que cuenta".