Desde el principio, la actitud de Gilad Gil Pereg ante el asesinato de su madre Pyrhia Saroussy y su tía Lily Pereg, conocidas como "las turistas israelíes", llamó la atención.

A pesar de que fue él quien realizó la denuncia por la desaparición de ambas, su pasado y su presente delinean su particular perfil: utilizaba identidades falsas -una de ellas era el nombre de Adolf Hitler al revés- y vivía endeudado y al borde de la indigencia, pero era titular de 5 empresas en Mendoza.

Además, según se reveló en la investigación, posee un coeficiente intelectual de 180 (casi el doble del promedio) y presentaba una gran capacidad para los negocios. 

A esto se le añade, ahora, la extraña conducta que esgrime en el penal de San Felipe: según pudo registrar personal del Servicio Penitenciario, Pereg pasea desnudo por su celda y actúa como si fuese un gato. 

El video, compartido por el diario Los Andes, retrata lo sucedido el miércoles 6 de marzo, cuando planeaban someterlo a un control médico: "Pereg tenemos que hacer el control sanitario, ¿tiene ropa?", se le escucha decir a un efectivo.

Sin embargo, él no contesta. Tan sólo se queda sentado, realiza un bufido y lanza su brazo como si fuese a arañar a su interlocutor. "No se le va a poder realizar el control sanitario debido a que el interno no contesta y no tiene ropa para el mismo", concluyen los profesionales.

De acuerdo a lo revelado por Infobae, los reclusos vecinos sostienen que Pereg hace sus necesidades en el piso, se rehúsa a bañarse, se lame y hasta camina en cuatro patas como un animal.

Por estos motivos, Maximiliano Legrand, abogado del israelí, adelantó ante el sitio mendocino que solicitará un hábeas corpus para que sea derivado al hospital psiquiátrico de El Sauce.