Un grupo de voluntarios rescató a 40 ballenas piloto de aleta larga en las playas de Farewell Spit, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Los animales estaban varados en la orilla cuando los encontraron.
De acuerdo al Departamento de Conservación(DOC), la manada originalmente contenía 49 ballenas, pero nueve murieron. Los ejemplares restantes fueron mantenidos con vida por un equipo de más de 60 voluntarios, usando baldes y las manos para mantener a las ballenas hidratadas. Esperaron con ellas hasta que subió la marea lo que les permitió volver al mar.
Desde ese momento, las ballenas se quedaron en aguas poco profundas y los especialistas temen que puedan quedarse varadas otra vez.
En esa misma playa, entre 600 y 700 ballenas quedaron varadas en 2017 y más de 250 perdieron la vida.