Hay gente que lleva la tecnología en la piel. O mejor dicho, debajo de ella. Una ingeniera llamada Amie DD ha creado un dispositivo con un chip RFID implantado en su brazo para abrir su Tesla Model 3.

Para ello modificó la llave original del vehículo, que en realidad es una tarjeta, y la adaptó para usarla en su brazo y así lograr mayor comodidad.

Este sistema no es nuevo para Amie DD, ya que para llegar a su casa utiliza un mecanismo similar además de ingresar en su página web de forma automática.

Cuando la ingeniera adquirió el auto, se dio cuenta que utilizaba un chip RFID adentro, y ahí quiso sincronizar ese chip con el otro que ya tenía implantado. Trato de copiar la información del Tesla pero no pudo por su alto nivel de seguridad.

Fue así que retiró el chip de la tarjeta del auto, después lo encapsuló dentro de un biopolímero y gracias a la compañía Dangerous Thinhs concretó el implante.

Esta operación la terminó haciendo en una casa de tatuajes, ya que ningún médico lo quiso realizarla por cuestiones de salud.

Este tecnología ha producido controversias tanto en los defensores de implantes como en los que no están de acuerdo con llevar la tecnología debajo de la piel. Quizás en el futuro este tipo de sistemas sean comunes y se deje de lado el uso actual de los smartphones.