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Ciencia

Realidad Virtual al mismo precio que una Playstation

Por 400 dólares, ya es posible vivir la experiencia de un mundo virtual sin necesidad de cables. La redacción de Filo.News probó el nuevo Oculus Quest y te lo cuenta en esta nota. 

Realidad Virtual al mismo precio que una Playstation

El 21 de Mayo, Oculus lanzó al mercado el Oculus Rift S y el Oculus Quest: un kit de realidad virtual inalámbrico que no depende de una PC ni un teléfono móvil para correr experiencias.

El Oculus Rift S es una versión levemente mejorada del primer modelo comercial de la compañía que requiere conectarse a una PC para poder reproducir experiencias.

El lanzamiento del Rift S quedó opacado frente al modelo de gama media, el Oculus Quest. Quest consiste en un visor de Realidad Virtual y dos mandos inalámbricos para interactuar con el mundo. La diferencia entre ambos productos consiste en que el Quest puede ser usado prácticamente en cualquier lugar y al instante, sin necesidad de grandes preparaciones. Casi casi como si fuera un juego de smartphone.

Hasta el día de hoy teníamos sólo dos maneras de consumir contenidos de Realidad Virtual. La primera era mediante visores de tres grados de libertad, donde uno puede mirar alrededor suyo pero no trasladarse en el espacio. Estos visores son más económicos y portables. La segunda manera de experimentar realidad virtual es mediante dispositivos con seis grados de libertad, donde se puede tanto mirar a su alrededor como moverse en el mundo real y que ese movimiento se replique dentro del entorno virtual.

Estos dispositivos, además de ser más costosos, requieren estar conectados a una PC lo suficientemente potente para correr experiencias gráficamente intensas. 

El Oculus Quest viene a llenar un espacio intermedio, ya que permite experiencias que distan de la potencia que puede arrojar una PC Gamer pero sin estar "atado desde el cuello" a la misma. Por otro lado, el Quest zanja las limitaciones que tienen los visores de gama media en cuanto a libertad de movimiento.  

¿Cómo es la experiencia?

El iPod de Apple vino a poner de cabeza la manera en que consumimos música. Nos abrió la posibilidad de tener toda nuestra biblioteca musical en nuestro bolsillo. El Oculus Quest promete la posibilidad de llevar universos de Realidad Virtual en la mochila. No es casualidad que se haya agotado el stock en tan sólo dos semanas.

Y acá vamos a nuestra experiencia en Filo.News. Antes que nada: el Oculus es infinitamente más cómodo que tener un cable tirando desde nuestra cabeza. Además, al no tener que estar atentos a esquivar el cable, la sensación de presencia funciona increíblemente mejor: uno se puede volcar completamente a la experiencia olvidándose del mundo real.

El sistema Guardian con el que cuenta el Oculus Quest permite en unos segundos definir el área segura de juego donde queremos movernos; una vez dentro de un entorno virtual, si nos acercamos a esos límites aparece una grilla roja que indica que no se puede traspasar.

Si llegamos a ignorar la grilla y la atravesamos, transicionamos de manera fluida desde el mundo virtual (en el que podemos estar acariciando a un pequeño dinosaurio o esquivando objetos que vienen a toda velocidad hacia nosotros) a una imagen en infrarrojo del lugar donde nos encontremos en el mundo real, en general mucho menos interesante. Este feed de video es tomado por las cuatro cámaras del visor, que constantemente están analizando la geometría de nuestro espacio para poder registrar con certeza nuestro movimiento.

Practicidad

Con un visor que requiere PC como el HTC Vive o el Oculus Rift, no sólo tenemos un cable que va de la PC al visor, sino que tambien tenemos que instalar sensores que sirven para registrar nuestro movimiento y deben ser amurados o colocados en diferentes puntos de la habitación. Estos sensores obviamente tienen que ser enchufados: o sea, más cables. Por eso, llevar Realidad Virtual a la casa de un amigo, en ese caso, es sólo para quienes tienen un exceso de generosidad y buena voluntad. Normalmente se juega de local o no se juega.

Independientemente de esto, la calidad de las experiencias que corramos será directamente proporcional a la potencia que tenga la PC, por lo que ocasionalmente se pueden sufrir problemas de performance (que pueden ocasionar mareo por simulador) o puede ocurrir que perdamos tiempo modificando la configuración gráfica para que esto no pase. 

Para quienes tienen tiempo limitado para jugar (aka, todos los seres humanos que tenemos que trabajar para vivir), perder preciosos minutos en configuraciones muchas veces lleva a terminar con el dispositivo almacenado en una caja. 

Con el Oculus Quest, uno se pone el visor, y un segundo después ya está corriendo experiencias de Realidad Virtual. Todo el contenido en la tienda de Oculus está curado por la empresa por lo que las experiencias corren fluidamente y no existen problemas de compatibilidad o configuración.

Calidad gráfica

Si bien la performance que puede arrojar una PC bien equipada no es comparable a la de un dispositivo móvil, la calidad que han alcanzado algunas experiencias de Oculus Quest parece magia. Posta. Damos fe de eso. 

Vader Immortal. Una experiencia de Disney
Vader Immortal. Una experiencia de ILMxLABS hecha por el guionista de la trilogía The Dark Knight de Batman

El Oculus Quest cuesta U$D 400 en los Estados Unidos y lo ubica en el rango de precio de una consola de videojuegos como la Playstation o Xbox. Esto ha sido atinado ya que por percepción de mercado, el Quest apunta al mismo segmento poblacional que las consolas tradicionales. 

Al día de hoy el Oculus Quest se encuentra agotado en las principales puntos de venta, con entregas para la tercera semana de junio y principios de julio.

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