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Ciencia #Coronavirus

¿Se puede rastrear la propagación de la pandemia según lo que compramos?

Los hábitos de búsqueda y compra online cambiaron drásticamente en el último tiempo. Ahora, los algoritmos de inteligencia artificial se encuentran perplejos.

 

¿Se puede rastrear la propagación de la pandemia según lo que compramos?

Los seres humanos no somos los únicos sumidos en el caos y la incertidumbre ante la situación de pandemia, los algoritmos de inteligencia artificial (AI) están tratando de mantener el ritmo de nuestra volatilidad humana y la revista MIT Technology Review informó sobre el asunto, señalando que los algoritmos para grandes empresas como Amazon están luchando para mantenerse al día con los rápidos cambios.

Estos algoritmos están diseñados para recomendarnos productos, incorporar nuevos datos de búsqueda y adaptarlos según corresponda. Pero en este momento, como señaló el informe, los hábitos de búsqueda y compra en línea de las personas han dado un giro de 180 grados.

Por ejemplo, las principales búsquedas de Amazon en tiempos normales incluyen fundas para celulares, cargadores de teléfonos, Lego y más; pero estos fueron eliminados rápidamente a medida que la pandemia comenzó a extenderse y las búsquedas cambiaron a papel higiénico, desinfectante para manos, máscaras N95, toallitas Clorox y demás artículos que la gente no suele comprar, mucho menos al por mayor y de manera global.

La empresa de consultoría Nozzle, que se especializa en publicidad algorítmica, captó el rápido cambio en este gráfico simple que muestra el cronograma de cuándo las búsquedas de ciertos países cambiaron a artículos COVID-19.

A fines de febrero, en menos de una semana, los 10 principales términos de búsqueda de Amazon en varios países se llenaran con productos relacionados con el COVID-19. A partir de esos datos, fue posible rastrear la propagación de la pandemia según lo que compramos: ese tipo de artículos alcanzó su punto máximo en Italia, seguido de España, Francia, Canadá y Estados Unidos, con Reino Unido y Alemania un poco por detrás.

En consecuencia, los modelos de aprendizaje automático entrenados en el comportamiento humano habitual están descubriendo que lo normal ha cambiado, y algunos ya no funcionan como deberían. Los humanos ahora tienen que vigilar más de cerca sus algoritmos e intervenir para redirigirlos en una dirección adecuada

"La situación es muy volátil", dijo Rael Cline, CEO de Nozzle. "Estabas tratando de optimizarlo para el papel higiénico la semana pasada, y esta semana todos quieren comprar rompecabezas o equipos de gimnasia".

Muchas compañías, por otro lado, ven esto como una oportunidad para mejorar sus algoritmos, enseñándoles a predecir climas más volátiles; dado que, si bien son extremadamente útiles, todavía necesitan una mano física de vez en cuando.

Lo que está claro es que la pandemia reveló cuán entrelazadas están nuestras vidas con la AI, exponiendo una delicada codependencia en la que los cambios en nuestro comportamiento cambian la forma en que funciona la AI, y viceversa.

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