ACLARACIÓN: Esta nota puede contener spoilers de Episodio IX.

Uno de los grandes reproches que se le hace a la saga de Star Wars (y a Disney, digámoslo también) es su falta de inclusión y diversidad. Es cierto que la franquicia (y la compañía del ratón) tomó un rumbo bastante diferente a partir de “Star Wars: El Despertar de la Fuerza” (Star Wars: Episode VII - The Force Awakens, 2015), pero hay tópicos y colectivos como el LGTB+ que todavía no tienen su representación en la pantalla. Al menos, hasta ahora, por así decirlo, ya que “Star Wars: El Ascenso de Skywalker” (Star Wars: Episode IX - The Rise of Skywalker, 2019) intenta subsanar este error, aunque lo hace de manera muy desafortunada.

La entrega final de la saga Skywalker nos trae el primer beso entre dos personajes del mismo sexo (dos chicas, para ser más específicos). Hasta ahí todo bien, pero resulta que son dos personajes menores sin ningún peso en esta historia -perdón, luchadoras por la libertad de la galaxia-, cuyo intercambio amoroso aparece apenas un segundo en la pantalla. Parpadeás y te lo perdiste.

Estas “buenas intenciones” no fueron tan bien recibidas por los fans que, tras el sonado anuncio de J.J. Abrams de incluir el primer personaje abiertamente LGBTQ en la franquicia -Amanda Lawrence, quien ya había aparecido en “Los Últimos Jedi” (2017)-, se quedaron con gusto a poco y se tuvieron que conformar con estas dos combatientes rebeldes besándose tras reunirse después de la batalla. Una recompensa mínima tras meses de anticipación, que se celebra a medias.   

El momento es tan breve e insignificante que hasta escapó de la censura en China, un país conocido por sacar las tijeras cuando se trata de estas muestras de cariño que atentan contra sus esquemas homofóbicos. La escena (¿podemos decirle escena?), de paso, tira por el suelo cualquier conjetura sobre otros protagonistas que pudieran, o no, tener algún tipo de flirteo. Spoiler alert, una vez más, para acabar con esos sueños de ver a Finn (John Boyega) y Poe (Oscar Isaac) como algo más que amigos y compañeros en la lucha. Sabemos que el primero siente cosas por Rey (Daisy Ridley), y la llegada de Zorii Bliss (Keri Russell) al universo de SW, deja bien en claro que el piloto de la Resistencia tuvo un pasado amoroso con esta criminal de Kijimi.       

Como dijimos de entrada, las intenciones de Disney, Lucasfilm y J.J. Abrams son buenas, pero poco honestas. No parecen seguir un planteamiento real sobre la inclusión y la diversidad (ya vamos a hablar sobre lo que hicieron con Rose Tico), sino una agenda que respetar, esa misma que Hollywood quiere evitar y convertir en algo más orgánico y natural porque, al fin y al cabo, tano en el mundo como en esa galaxia muy, muy lejana, hay todo tipo de seres y criaturas que eligen a quien amar.