Darío Benedetto tuvo un regreso de ensueño: después de varios meses lesionado entre rotura de ligamentos y tendinitis, el regreso le había costado, no había convertido y Wanchope Abila le sacaba varios cuerpos de ventaja en la titularidad.
Todo cambió hace una semana atrás, cuando se moría el partido de ida con Palmeiras en La Bombonera y el 9 que por Copa usa la 18 convirtió dos goles, uno un golazo increíble, para poner a Boca muy cerca de la final.
Siete días después y en San Pablo, ´Pipa´marcó un gol casi igual al de la ida, ya que tras recibir un pase de Pablo Pérez afuera del área meitó un fierrazo contra el palo del arquero y marcar así el 2-2.
El delantero deliró, se besó el escudo y cerró la serie que decretó lo que todos esperaban: el superclásico en la final de Copa Libertadores.