El ex delantero del Fortín se sumó a Boca luego de tener acordada la continuidad en el conjunto de Liniers y esto fue tomado como una traición. A partir de ese día se produjo el quiebre en todo tipo de relación con el público, compañeros, dirigentes.
Por segunda vez desde su salida del club, Mauro Zárate volvió a la cancha de Vélez y como se esperaba los hinchas de Liniers lo recibieron con cantos hostiles: "El que no salta, es un traidor".
Iban 25 minutos del segundo tiempo, Boca jugaba con uno menos por la expulsión de Frank Fabra y Gustavo Alfaro decidió reemplazar a Mauro Zárate por Jan Hurtado. Los hinchas de Vélez encontraron el momento perfecto para atacarlo.
Sin embargo Zárate se volvió a mostrar duro y sin sentirse afectado por los gritos y respondió con un polémico gesto antes de meterse en el banco: se frotó el pecho y se tocó el escudo de Boca, en clara respuesta a los insultos que llovían desde los cuatro costados del José Amalfitani.
Polémico y caliente partido en Liniers que terminó 0-0. El empate le sirvió a Boca que retornó a la cima, compartida con Lanús y Argentinos Juniors. Además, porque jugó con uno menos.