Con los brazos cruzados en su pecho y la cabeza gancha. Lewis Hamilton se paró en el escalón más alto del podio con una intención mucho más profunda que celebrar un nuevo triunfo en la Fórmula 1 que lo tiene cada vez más consolidado como líder del campeonato. El británico le brindó un homenaje a Chadwick Boseman, el actor que este fin de semana conmovió al mundo tras fallecer a los 43 años producto de un cáncer de colon.

Previamente, el piloto de Mercedes mostró su compromiso en la lucha contra el racismo, que en los últimos días sacudió al deporte estadounidense, al lucir una remera negra con el lema "Black Lives Matters".

Entre medio de tanto simbolismo, Hamilton se impuso de punta a punta en el circuito de Spa-Francorchamps del Gran Premio de Bélgica y dio un paso adelante en la búsqueda de su séptimo título en la máxima categoría de la Fórmula 1.

Encima, el escolta del seis veces campeón mundial fue su compañero de equipo, el finlandés Valtteri Bottas, con quien reafirmó el dominio de Mercedes en la competencia. El tercer puesto se lo llevó el holandés Max Verstappen (Red Bull).

Por su parte, Ferrari protagonizó otra jornada para el olvido y estuvo cerca de revivir el episodio ocurrido en el Gran Premio de Estiria, cuando Sebastian Vettel y Charles Leclerc chocaron entre sí y no pudieron completar la primera vuelta. Esta vez, los pilotos se rozaron y finalizaron en el 13° y 14° puesto, respectivamente.

Se trató del triunfo número 89 para Hamilton, que quedó a solo dos del más ganador en la historia, el alemán Michael Schumacher.

El próximo fin de semana, la Fórmula 1 correrá la octava carrera en el histórico autódromo de Monza.